El colesterol y dónde acecha
Hamburguesas, tocino, patatas fritas con queso. ¿Qué tienen todos estos alimentos en común (aparte de ser lo que algunas personas consideran delicioso)? Todos contienen mucho colesterol.
El colesterol, una sustancia pegajosa producida por el hígado y contenida en algunos alimentos, es necesaria para fabricar la vitamina D y algunas hormonas, construir las membranas celulares y crear sales biliares, que ayudan a digerir la grasa. De hecho, nuestro hígado produce aproximadamente 1.000 miligramos de colesterol al día, una cantidad suficiente como para no tener que ingerir ni una sola patata frita con queso en toda la vida. Pero es difícil evitar por completo el colesterol, ya que lo contienen muchos alimentos.
La existencia de una cantidad excesiva de colesterol en el organismo puede evolucionar a problemas de salud graves, como las enfermedades cardíacas. Hay muchos factores que contribuyen a tener el colesterol alto, pero la buena noticia es que puedes hacer un montón de cosas para controlarlos.
Los lípidos son grasas que se encuentran por todo el organismo. El colesterol, un tipo de lípido, se encuentra en los alimentos de origen animal. Esto significa que los huevos, las carnes y todos los derivados de la leche entera (como la misma leche, el queso y los helados) están cargados de colesterol, y que las verduras, las frutas y los cereales no contienen nada de colesterol.
Además de los 1.000 miligramos de colesterol que tu hígado produce cada día, probablemente ingieres entre 150 y 250 miligramos de colesterol al día en los alimentos que ingieres.
Debido a que el colesterol no puede avanzar solo a lo largo del torrente sanguíneo, debe combinarse con ciertas proteínas. Estas proteínas actúan como si fueran camiones: recogen el colesterol y lo transportan a distintas partes del cuerpo. Cuando ocurre esto, el colesterol y la proteína forman una lipoproteína.
Las dos lipoproteínas más importantes son las lipoproteínas de alta densidad (HDL, del inglés high-density lipoprotein) y las lipoproteínas de baja densidad (LDL, del inglés low-density lipoprotein). Probablemente habrás oído que la gente llama al colesterol LDL, "colesterol malo" y al colesterol HDL, "colesterol bueno", por sus efectos diferentes sobre el organismo:
- La mayor parte del colesterol es LDL, y este es el tipo de colesterol que tiene más probabilidades de obstruir los vasos sanguíneos, impidiendo que la sangre fluya por el organismo como debería fluir.
- El colesterol HDL recoge el colesterol de los vasos sanguíneos y lo devuelve al hígado, que se encarga de procesarlo y de enviado al exterior.