El consejero de Salud de Murcia, Juan José Pedreño, realiza un balance positivo de su gestión al frente de la Consejería, destacando avances significativos en áreas clave como la salud mental, la atención primaria y las infraestructuras sanitarias. Entre las principales iniciativas, subraya la incorporación de más de 500 profesionales sanitarios para reducir la carga asistencial, el desarrollo de un plan extraordinario de ampliación y reforma de centros de salud, y la apuesta por la eficiencia energética en las infraestructuras. Además, celebra la reducción de las listas de espera quirúrgicas, que se sitúan por debajo de la media nacional, y reivindica un modelo de sanidad equitativo que garantice el acceso a medicamentos innovadores. Pese a estos logros, alerta sobre retos como la infrafinanciación, el déficit de médicos y la necesidad de un pacto nacional por la sanidad que impulse soluciones a largo plazo.
Pregunta. ¿Qué balance hace de estos años como consejero de Salud en la región de Murcia?
Respuesta. El balance de estos años como consejero de Salud en la región de Murcia es positivo, pero no es solo un mérito personal, sino el resultado del esfuerzo conjunto del equipo de la Consejería y de todos los profesionales sanitarios de la región. Desde el primer momento nos marcamos unas líneas estratégicas muy claras, que ya venían trabajándose desde los años anteriores y que han sido reforzadas durante la legislatura. Nos centramos en la mejora de la atención primaria y en la salud mental, áreas que la pandemia demostró que debían priorizarse aún más. La crisis sanitaria evidenció un aumento significativo en las patologías relacionadas con la salud mental, y eso nos obligó a actuar con rapidez y determinación para dotar a nuestra región de los recursos necesarios. La Salud Pública y la investigación, con el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla (IMIB), son otros aspectos clave.
P. ¿Qué nos puede decir de la atención primaria
En atención primaria, desarrollamos una estrategia de mejora para el período 2023-2026, en la que participaron más de 70 profesionales de la sanidad, junto a agentes sociales, asociaciones de pacientes y sociedades científicas. Esta estrategia nos permitió incorporar a más de 500 nuevos profesionales en distintas categorías, incluyendo 123 plazas de medicina de familia y 12 de pediatría, con el objetivo de reducir la carga de tarjetas por médico a 1250. Esto ha supuesto un cambio importante en la calidad de la atención, al permitir que los médicos puedan dedicar más tiempo a cada paciente.
P. ¿Qué medidas se han tomado para mejorar las infraestructuras sanitarias?
R. Una de las grandes apuestas ha sido el desarrollo de un plan extraordinario para la construcción y ampliación de centros de salud, así como la reforma de los existentes. Este plan se ha centrado especialmente en la eficiencia energética, lo que no solo ha supuesto un importante ahorro económico, sino que también contribuye al compromiso con la sostenibilidad ambiental. Es fundamental que nuestras infraestructuras sanitarias estén preparadas para responder a las necesidades crecientes de la población y para hacerlo de una manera eficiente y moderna.
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“La gestión del Ministerio de Sanidad ha sido, en muchos
aspectos, decepcionante. Estoy desilusionado. Ha faltado consenso y diálogo”
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P. ¿Cómo han abordado el aumento de la demanda en salud mental?
R. La salud mental fue uno de los ámbitos que más nos preocupó durante y después de la pandemia. Por ello, presentamos una estrategia de mejora que incluyó la incorporación de 208 nuevos profesionales, entre los que se encuentran psiquiatras, psicólogos clínicos, enfermeras especializadas y terapeutas ocupacionales. Además, hemos destinado importantes recursos para la creación de nuevos centros de salud mental y la ampliación y mejora de los ya existentes. Esta estrategia se desarrolló en torno a cinco ejes principales y más de 120 líneas de actuación, todas ellas enfocadas en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud mental, con un enfoque comunitario. Queríamos que la atención a la salud mental fuera integral y que implicara a distintos agentes, como los municipios, los colegios oficiales y las asociaciones de pacientes. Solo de esta manera se puede abordar un problema tan complejo de manera efectiva.
P. Las listas de espera son un tema recurrente de preocupación. ¿Qué avances se han logrado?
R. Las listas de espera han sido una de nuestras grandes preocupaciones, y hemos trabajado intensamente para reducirlas. Gracias a nuestros esfuerzos, hemos logrado que la espera media para cirugía en la región de Murcia sea de 92 días, una cifra significativamente inferior a la media nacional, que es de 121 días. También hemos logrado reducir el porcentaje de pacientes que esperan más de seis meses para ser intervenidos al 12,2%, mientras que la media nacional es del 20,5%. En el caso de las consultas externas, las cifras también han mejorado notablemente. En junio de 2024, registramos los mejores datos desde el primer semestre de 2020, un año en el que la pandemia había reducido la demanda asistencial y alterado todos los indicadores habituales. Esto ha sido posible porque el presidente, Fernando López Miras, nos permitió crear una dirección general de Atención Hospitalaria, otra de Atención Primaria y otra de Salud Mental. Además, me gustaría reclamar una modificación en la legislación de la publicación de las listas de espera ya que la gente se puede creer que se tardan más de 100 días en intervenir en una enfermedad grave, cuando no es cierto, estas van al día.
P. En esta cuestión, la falta de profesionales es clave. ¿Cómo valora este asunto?
R. No se está abordando el problema de las jubilaciones masivas en el sector sanitario de manera adecuada. Es urgente realizar un análisis anual que permita ajustar la oferta de formación sanitaria especializada, evitando tanto déficits como excesos futuros de profesionales. Medicina de familia es un caso crítico, con un 20% de abandono y plazas no adjudicadas, pese a ser clave para la sostenibilidad del sistema. La pandemia demostró la importancia de la atención primaria, que gestionó la mayoría de casos de covid-19. Es fundamental prestigiar y reforzar este nivel asistencial para garantizar la salud presente y futura de la población.
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“Creo que para estos medicamentos innovadores y medicamentos huérfanos, hay que plantearse un fondo común nacional”
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P. ¿Cómo se han abordado la cronicidad y el envejecimiento de la población?
R. La gestión de la cronicidad y el envejecimiento de la población es un desafío que afrontamos con una visión a largo plazo. No podemos permitir que los hospitales se conviertan en el único recurso para atender a los pacientes crónicos, porque eso los satura y les impide centrarse en los casos más agudos. Por eso, hemos trabajado en la interconexión entre la atención primaria y la hospitalaria para garantizar una atención más continua y eficiente. Además, hemos puesto en marcha programas para fomentar el autocuidado y la responsabilidad de los pacientes en el manejo de sus propias condiciones de salud. La idea es transmitir que el sistema sanitario está ahí para apoyar y proporcionar recursos, pero que la responsabilidad última de cuidar la salud recae en cada persona.
P. ¿Qué importancia tiene la prevención en su enfoque de la salud pública?
R. La prevención es un pilar fundamental en nuestro enfoque de salud pública. Un ejemplo de esto es el calendario de vacunación de la región, que es uno de los más amplios de España. Este año hemos añadido la vacuna contra el rotavirus, que ha tenido un impacto directo en la reducción de los ingresos hospitalarios por gastroenteritis aguda en pediatría. También incorporamos el año pasado el anticuerpo monoclonal contra el virus respiratorio sincitial, que ha reducido en un 86% los ingresos hospitalarios y hasta en un 91% las hospitalizaciones en UCI pediátricas. La ampliación de la vacunación contra la gripe a todos los centros escolares, tanto públicos como privados, ha sido otra de las medidas clave. Esta iniciativa ha aumentado la cobertura de vacunación y ha facilitado a las familias la administración de la vacuna, evitando desplazamientos a los centros de salud. También se han ampliado los cribados en cáncer de mama, cérvix y colon.
P. ¿Cuáles son los principales retos que enfrenta la Consejería en los próximos años?
R. En los próximos años, la atención hospitalaria y la cronicidad seguirán siendo algunos de los principales retos. Como he comentado, la falta de médicos, especialmente en medicina de familia, es otro desafío importante. Aunque hemos creado 123 plazas nuevas, muchas de ellas siguen sin cubrirse, y esto es algo que se va a agravar con las jubilaciones masivas que se esperan en los próximos años. También es crucial abordar el problema de la infrafinanciación. Según un estudio de la Universidad de Valencia, la región de Murcia es una de las más infrafinanciadas de España, con un déficit anual que oscila entre 650 y 700 millones de euros. Esta situación afecta directamente a nuestra capacidad de planificación y ejecución de proyectos, y es un problema que llevamos años denunciando sin que se le haya dado una solución adecuada. Además, me gustaría preguntar dónde están los 625.000 millones de euros en los que ha crecido la deuda pública española en los últimos cinco años, porque en Murcia, si se ha recibido algo, son migajas. Y nosotros tenemos los mismos derechos que un catalán, un vasco o un asturiano.
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“La región de Murcia es una de las más infrafinanciadas de
España, con un déficit anual que oscila entre 650 y 700 millones de euros”
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P. Y de cara al futuro, con la reactivación de las reglas de gasto…
R.- Pues nos preocupa mucho porque no hemos recibido el dinero que teníamos que recibir y si encima nos ponen restricciones…
P. En estos días se cumple un año de la llegada de Mónica García al Ministerio de Sanidad. ¿Cómo evalúa su gestión al frente del Ministerio de Sanidad y su colaboración con las comunidades autónomas?
R. La gestión del Ministerio de Sanidad ha sido, en muchos aspectos, decepcionante. Estoy desilusionado. Ha faltado consenso y diálogo, y las decisiones se han tomado de manera unilateral en muchas ocasiones, sin escuchar las necesidades y propuestas de las comunidades autónomas. Pese a que la salud es la cuestión que más preocupa a los ciudadanos, la ministra ha mostrado una actitud poco colaborativa. Además, ha cambiado la manera de actuar del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y parece que solo piensa en hacer frente a Madrid. Necesitamos un diálogo fluido, una escucha y que se respete las opiniones de los demás. Yo apostaría por un pacto nacional por la sanidad, que hace falta. Es fundamental que se trabaje en un acuerdo que permita abordar los problemas de manera conjunta y con una visión a largo plazo, que no solo resuelva las urgencias inmediatas, sino que siente las bases para un sistema más sólido y equitativo.
P. ¿Y cómo valora la cogobernanza?
R. La cogobernanza, entendida como el proceso de buscar soluciones a problemas comunes mediante negociaciones, consenso y acuerdos, no está funcionando. No existe un verdadero esfuerzo por escuchar, negociar ni tomar decisiones compartidas. Esto explica el caos del año pasado, y temo que este año pueda repetirse el mismo disparate si no se corrige esta situación.
P. ¿Cree que está clara la legislación que rige en el Consejo Interterritorial?
R. Desde la Ley General de Sanidad de 1986 a la Ley de Cohesión de 2003, está claro el funcionamiento, desarrollado en su reglamento, lo que ocurre es que no se está utilizando. Es decir, lo que tiene que hacer es aplicar lo que dice esa normativa.
P. Pero desde el Ministerio se considera que es una conferencia sectorial y, por tanto estaría sometida a la Ley 40/2015 y habría que actualizar su reglamento…. En base a esta legislación se obligó en pandemia a las CCAA y también en el invierno pasado con las mascarillas
R. Pero yo creo que es un error, porque vuelvo a lo mismo. Es un error porque no se trata de imponer. Es que en los tiempos actuales de la sanidad y de la salud no se trata de tener sistemas autoritarios, no se trata de tener personas autoritarias. ¿Es que el conocimiento solo está en un sitio? La normativa que existe es válida para darle capacidad al Consejo Interterritorial. Y además le da seguridad jurídica suficiente.
P. ¿Cómo ve la situación respecto de los medicamentos?
R. Nos preocupa mucho el retraso de los medicamentos innovadores una vez que la Agencia Europea del Medicamento los ha aprobado. Sabemos que son medicamentos costosos, pero también que los pacientes tienen derecho a acceder en condiciones de equidad. Creo que para estos medicamentos innovadores y para los medicamentos huérfanos, a lo mejor hay que plantearse un fondo común nacional. Con el tiempo vemos cómo medicamentos que han sido costosos, tienen beneficios a medio y largo plazo, como se ha visto en algún caso que ha evitado trasplantes de pulmón que hubieran sido necesarios.
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“Medicina de familia es un caso crítico, para el déficit de profesionales con un 20% de abandono y plazas no adjudicadas, pese a ser clave para la sostenibilidad del sistema”
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P. Hablaba de retrasos… Pero ahora las comunidades autónomas son responsables de los mismos, o incluso, mediante la normativa de situaciones especiales podría recurrir a dar el tratamiento…
R. El problema es que eso da lugar a desigualdad.
P. Pasamos ya a otros asuntos. Hefame es una de las mayores empresas de Murcia, ¿qué supone para la región?
R. Hefame es una empresa emblemática en la región de Murcia y un aliado clave en múltiples aspectos, con un potencial extraordinario que la sitúa entre las principales empresas de la región. Además, su alcance se ha ampliado, con almacenes por todo el Levante y acuerdos recientes en comunidades como La Rioja. Durante la pandemia, su papel fue crucial: distribuyó material a centros de salud y hospitales, custodió vacunas y adquirió congeladores especializados para garantizar su conservación a temperaturas extremas. Su contribución fue fundamental para el Servicio Murciano de Salud, consolidándola como un pilar esencial de la sanidad en la región.
P. Las farmacias también fueron un pilar importante durante la pandemia. ¿Qué papel tienen en la actualidad?
R. Las farmacias comunitarias han demostrado ser un recurso de gran valor, no solo durante la pandemia, donde jugaron un papel esencial en la distribución de material y en la custodia de vacunas, sino también en su labor diaria. En la actualidad, las farmacias siguen colaborando en programas de cribado, como el de cáncer de colon o las auto-tomas de cérvix, y en el Sistema Personalizado de Dosificación (SPD), que ayuda a los pacientes polimedicados a cumplir con sus tratamientos de manera adecuada. Además, estamos trabajando en mejorar la integración de las farmacias con la atención primaria. Tenemos un terreno de trabajo con los farmacéuticos en salud pública y en ello estamos avanzando con el equipo del Colegio de Farmacéuticos.
P. ¿Cómo se está avanzando en la integración de las farmacias en el sistema de salud?
R. Para lograr una mejor integración de las farmacias en el sistema de salud, hemos impulsado medidas que permitan una mayor colaboración y comunicación con la atención primaria. Estamos evaluando la posibilidad de que los farmacéuticos tengan acceso a más información sobre los diagnósticos de los pacientes, siempre respetando la normativa de protección de datos, para que puedan desempeñar un papel más activo en el cuidado de la salud. La revisión de tratamientos de pacientes polimedicados y la identificación de posibles interacciones medicamentosas son áreas en las que los farmacéuticos pueden aportar un valor añadido significativo.
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“Hay que modificar la legislación de las listas de espera, la gente se puede creer que se tardan más de 100 días en intervenir en una enfermedad grave, cuando no es cierto, estas van al día”
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P. Comentó antes los SPD y la farmacia reclama, como es lógico, un pago por sus servicios. ¿Sería factible la concertación de estos?
R. El dinero es importante, y nuestro sistema sanitario lo requiere para funcionar adecuadamente. Contamos con pequeños conciertos de colaboración, como los relacionados con cribados y hábitos saludables. Sin embargo, más allá de las recompensas económicas por el trabajo realizado, debemos valorar las virtudes de nuestro Sistema Nacional de Salud: su universalidad, accesibilidad y equidad. Es fundamental ser empáticos con el sistema y protegerlo, ya que su deterioro perjudicaría a quienes más dependen de él. Por supuesto, la administración debe garantizar los recursos necesarios para pagar a los profesionales y establecer convenios, pero también es esencial que todos trabajemos para preservar un modelo que es único y vital para nuestra sociedad.