Política

El “uso adecuado” releva al “uso racional” de psicofármacos en el nuevo Plan de Salud Mental

CC.AA. y Ministerio de Sanidad abordan en un nuevo interterritorial, la segunda oportunidad para la norma que Sanidad dejó aparcada en febrero tras la oposición de la mayoría de territorios

Comunidades autónomas y Ministerio de Sanidad se vuelven a reunir en Toledo en un nuevo pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) en el que el ‘plato fuerte’ de la jornada será la aprobación del Plan de Salud Mental. Esta norma, elaborada por el Ministerio de Sanidad, quedó aparcada el pasado mes de febrero ante la oposición de 12 de los 17 territorios autonómicos (los 11 gobernados por el PP, además de Canarias).

El rechazo, según explicó el vicepresidente del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y consejero de Sanidad de Castilla y León, Alejandro Vázquez, se fundamentó en dos ejes; uno relativo al número de profesionales: “los indicadores que nos presentaba el Ministerio no suponen un incremento del número de profesionales para las comunidades autónomas del número de psicólogos y de psiquiatras”, aseguraba Vázquez; y por otro, la cuestión de la deprescripción de psicofármacos.  El consejero consideró que era un aspecto “ideológico”, que “estigmatiza a los pacientesy se mostró a favor de seguir un plan para el uso adecuado de la medicación psiquiátrica que “es mucho menos estigmatizadora” y nace precisamente de las propuestas de los profesionales.

En esta ocasión el plan parece contar con más apoyos. Por un lado, las comunidades, siguiendo la palabra que dio la ministra de Sanidad tras el rechazo del plan, si han presentado sus propuestas y las sociedades, como la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, como del Consejo de Psicólogos de España y la Asociación de Salud Mental Infantojuvenil, han pasado del rechazo que manifestaron en febrero, a un apoyo más generalizado.

En el abordaje de los psicofármacos, el propio Plan de Salud Mental ha recogido esa cuestión ‘estigmatizadora’ a la que hacía referencia Vázquez y ya el preámbulo de la cuarta línea de acción del plan, la que hace referencia a la optimización del tratamiento y calidad en la prescripción, hace referencia a garantizar “el uso adecuado de fármacos, potenciando otros recursos disponibles y facilitando la toma de decisiones compartida”.

En concreto, el plan del Ministerio de Sanidad recoge siete ejes en lo que a la prescripción se refiere. En primer lugar plantea “campañas de sensibilización accesibles dirigidas a la población general y a los profesionales sanitarios en materia de uso adecuado de psicofármacos y promoción de otras posibilidades terapéuticas disponibles, basándose en la evidencia científica”.

Igualmente propone la creación de una Guía de Práctica Clínica en uso adecuado de psicofármacos y deprescripción de antidepresivos elaborada “por un equipo técnico independiente” y que establezca recomendaciones “basadas en una revisión exhaustiva de la evidencia científica disponible, así como en la evaluación de los riesgos y beneficios de las diferentes alternativas”.

Además implica a las comunidades, en el programa anual de formación continuada para profesionales que incluya también los procedimientos de discontinuación seguros de psicofármacos, y el manejo de efectos adversos a la retirada.

Igualmente se abre la opción, ya existente en la versión anterior, del consentimiento informado por parte del paciente en el uso de psicofármacos y finalmente se abre al fomento de la gestión colaborativa, la investigación biopsicosocial y la innovación terapéutica 

Ejes de actuación

Junto con la cuestión farmacéutica, el Plan aborda otros siete ejes de actuación que pasan por el refuerzo de los recursos humanos; la salud mental comunitaria y alternativas a la institucionalización; la humanización y lucha contra el estigma, el abordaje de problemas de salud mental en contextos y colectivos de mayor vulnerabilidad; la salud mental perinatal, de la infancia y de la adolescencia, los sistemas de información y coordinación y por último, las implicaciones de la salud mental en el mundo laboral.

En base a estas líneas de trabajo se han diseñado una serie de acciones prioritarias entre las que destaca la necesidad de incrementar y planificar la oferta de Formación Sanitaria Especializada de la especialidad de psiquiatría, psiquiatría infantil y de la adolescencia, psicología clínica y enfermería especialista en salud mental, teniendo en cuenta las necesidades consensuadas con las CCAA. Además se plantea realizar una evaluación de los recursos humanos en salud mental en todos los niveles asistenciales.

Se plantea como prioritario también establecer una coordinación con otras especialidades, entre las que destaca la farmacia comunitaria, junto con los servicios sociales, Justicia y  Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

También se considera prioritario el impulso a encontrar alternativas a la contención mecánica en la atención de los problemas de salud mental; así como mejorar la accesibilidad a los servicios de atención a la salud mental a los grupos más vulnerables.

En el plano infantil se aboga ante todo por potenciar la formación continuada y el apoyo a los Equipos de atención primaria en materia de salud mental y la coordinación interdisciplinar y potenciar las alternativas a la hospitalización infanto-juvenil en la atención de la salud mental.

También se espera promover el registro y los sistemas de información de salud mental y/o adicciones a nivel de las CCAA. y promover el acceso y el mantenimiento del trabajo de calidad a las personas con trastorno mental.

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