La distrofia muscular incluye a un grupo de más de 30 enfermedades genéticas caracterizadas por debilidad progresiva y degeneración de los músculos esqueléticos que controlan el movimiento. Algunas formas de distrofia muscular se notan en la infancia o la niñez, mientras que otras aparecen más tarde o en adultos. Los trastornos difieren en cuanto a la distribución y extensión de la debilidad muscular (algunas formas de distrofia muscular también afectan el músculo cardíaco), edad de inicio, la tasa de progresión y el patrón de herencia. El pronóstico de la distrofia muscular varía según el tipo y la progresión de la enfermedad. No existe un tratamiento específico para detener o revertir cualquier forma de distrofia muscular. El tratamiento actual es de soporte y puede incluir terapia física, terapia respiratoria, terapia del habla, aparatos ortopédicos utilizados para el apoyo, la cirugía ortopédica correctiva cuando se necesita y algunos medicamentos como corticosteroides, anticonvulsivos, inmunosupresores y antibióticos. Algunas personas pueden necesitar ventilación asistida para tratar la debilidad de los músculos respiratorios o un marcapasos para el corazón si hay anomalías cardíacas.[1]
Última actualización: 5/27/2015