Antivirales falsificados, mascarillas y productos de desinfección autorizados han sido incautados en la operación Pangea XIII, en la cual participan autoridades fronterizas, agencias reguladoras y policías de 90 países.
Se ha arrestado a un total de 121 personas en todo el mundo, y el valor de estos peligrosos productos en el mercado se ha tasado en 14 millones de dólares.
El brote de coronavirus ha brindado a los criminales la oportunidad de hacer dinero rápido aprovechándose de la elevada demanda de elementos de protección y productos para la higiene, indica la Interpol en un comunicado.
Las agencias que participan en Pangea detectaron 2.000 anuncios de internet con productos relacionados con el coronavirus Covid-19. Entre estos, las falsificaciones de mascarillas quirúrgicas fueron el producto sanitario más vendido, con unos 600 movimientos durante la semana de la intervención.
La incautación de más de 34.000 mascarillas falsificadas o que no cumplían con estándares de calidad con denominaciones como “corona spray”, “paquete coronavirus” y “medicamentos coronavirus” son solo la punta del iceberg de esta nueva tendencia en la actividad criminal, consideran los responsables de la operación.
Jürgen Stock, secretario general de la Interpol, ha declarado: “Una vez más, la operación Pangea pone de manifiesto que los criminales no se detienen ante nada para sacar un beneficio. El comercio ilegal durante una crisis de salud pública da fe de su total falta de respeto por el bienestar y la vida de la gente”.
Comparada con la actividad de 2018, esta última intervención muestra un incremento del 18% en la cantidad de medicamentos y material falsificado.
El aumento es del 100% en el caso del antimalárico cloroquina falsificado.
En la semana del 3 al 10 de marzo, las autoridades inspeccionaron más de 326.000 envíos, de los cuales 48.000 resultaron retenidos en aduanas. Más de 2.500 páginas de internet se han cerrado.
El esfuerzo conjunto ha logrado detener la actividad de 37 redes de crimen organizado.
La operación incluye campañas informativas para el público general sobre los riesgos de adquirir medicamentos o productos sanitarios de redes irregulares. “Los medicamentos falsificados suelen contener cantidades alteradas de principio activo -por exceso, por defecto y a veces ninguno en absoluto-. Otras veces, los medicamentos son genuinos pero se han robado, almacenado inadecuadamente o están caducados. Eso significa que pueden ser infecciosos o estar contaminados”, advierte la nota.
Nicolas Gonzalez Casares: