La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado este miércoles su convencimiento de que la variante ómicron no será la última del virus SARS-CoV2 y no descarta que en el futuro pueda aparecer alguna más mortal.
Así lo ha asegurado Bruce Aylward, asesor senior de la organización, quien considera que la curva de la epidemia actual “es asombrosa”, ya que “en 30 años trabajando con enfermedades infecciosas no había visto nada igual”.
Las palabras de Aylwars han reformado los argumentos de la OMS para seguir rechazando que la actual situación en relación al covid pueda calificarse de endemia. “No puede haber una situación endémica en un país, mientras en el resto del mundo se sigue hablando de epidemia”, ha asegurado Maria van Kerkhove, epidemióloga líder de la OMS, quién además considera que lo que pueda ocurrir esta primavera “depende de nosotros”.
La situación que dibuja la OMS no resulta tranquilizadora; de hecho, el pasado martes, el director del organismo para la región europea, Hans Kluge, asegura que en un plazo entre seis y ocho semanas, el 50% de la población europea puede ser contagiado por el virus.
Sus palabras han sido refrendadas por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha indicado que la semana pasada se detectaron en el mundo 15 millones de nuevos casos de infección y 50.000 muertes. Este es, “el mayor número de casos detectados en una semana”, y además sabemos que “se trata de una subestimación”. A pesar de ello, el máximo responsable de la organización también indica que “aunque el número de pacientes hospitalizados está aumentando, la presente situación no está al nivel de las olas anteriores”. “Aprender a vivir con el virus no significa que debamos aceptar este número de muertes”.
Sobre las predicciones sobre los contagios en Europa ha asegurado que “existen las herramientas para plantear y evitar que se cumpla” y por ello “pedimos a todos que nos ayuden a reducir la transmisión”.