Terapéutica

¿Qué sucede después del tratamiento del cáncer de hígado?

Para algunas personas con cáncer de hígado, puede que el tratamiento remueva o destruya el cáncer. Completar el tratamiento puede causarle tanto tensión como entusiasmo. Usted tal vez sienta alivio de haber completado el tratamiento, aunque aún resulte difícil no sentir preocupación sobre el crecimiento del cáncer o el regreso de la enfermedad. Cuando un…

Para algunas personas con cáncer de hígado, puede que el tratamiento remueva o destruya el cáncer. Completar el tratamiento puede causarle tanto tensión como entusiasmo. Usted tal vez sienta alivio de haber completado el tratamiento, aunque aún resulte difícil no sentir preocupación sobre el crecimiento del cáncer o el regreso de la enfermedad. Cuando un cáncer reaparece después del tratamiento, se le llama cáncer recurrente. Ésta es una preocupación muy común en las personas que han tenido cáncer.

Puede que pase un tiempo antes de que sus temores disminuyan. No obstante, puede que sea útil saber que muchos sobrevivientes de cáncer han aprendido a vivir con esta incertidumbre y hoy día viven vidas plenas. Para más información sobre este tema, por favor, lea nuestro documento disponible en inglés Living with Uncertainty: The Fear of Cancer Recurrence.

Para otras personas, puede que el cáncer nunca desaparezca por completo. Usted aún puede recibir tratamientos regularmente para tratar de ayudar a mantener el cáncer en control. Aprender a vivir con un cáncer que no desaparece puede ser difícil y muy estresante, ya que causa incertidumbre. Nuestro documento When Cancer Doesn’t Go Away provee más detalles sobre este tema.

Cuidados posteriores

Incluso después de completar el tratamiento, sus médicos necesitarán estar muy atentos a usted. Es muy importante acudir a todas las citas de seguimiento. Durante estas visitas, sus médicos preguntarán si presenta síntomas, harán exámenes físicos y es posible que requieran que se realicen análisis de sangre, tal como análisis de los niveles de alfafetoproteína (AFP) o pruebas para evaluar la función del hígado (LFTs). También se podrían ordenar estudios por imágenes, tal como ecografía, CT o MRI.

Si usted ha sido tratado con una resección quirúrgica o un trasplante de hígado y no presenta signos de cáncer remanente, la mayoría de los médicos recomiendan atención de seguimiento con estudios por imágenes y análisis de sangre cada 3 a 6 meses durante los primeros 2 años, y luego cada 6 a 12 meses. La atención de seguimiento es necesaria para determinar si hay recurrencia o propagación del cáncer, así como posibles efectos secundarios de ciertos tratamientos.

Este es el momento de hacer cualquier pregunta al equipo de atención médica, así como de hablar sobre cualquier inquietud que pudiera tener.

Casi todos los tratamientos contra el cáncer pueden causar efectos secundarios. Algunos de ellos pueden durar de unas pocas semanas a varios meses, pero otros pueden durar el resto de su vida. No dude en hablar con el equipo de atención del cáncer sobre cualquier síntoma o efecto secundario que le cause molestia para que le puedan ayudar a tratarlo eficazmente.

Es importante mantener el seguro médico. La atención médica es muy costosa y, aunque nadie quiere pensar en el regreso de su cáncer, esto podría ocurrir.

Si su cáncer regresa, el tratamiento dependerá de la localización del cáncer, qué tratamientos ha recibido anteriormente, su salud en general, y la función del hígado. Para más información sobre cómo se trata el cáncer recurrente, lea la sección, “Tratamiento del cáncer de hígado según la etapa”. Para obtener más información general sobre cómo lidiar con la recurrencia, usted puede consultar el documento (disponible en inglés) When Your Cancer Comes Back: Cancer Recurrence. Puede obtener este documento llamando al 1-800-227-2345.

Seguimiento después de un trasplante de hígado

Un trasplante de hígado puede ser muy eficaz en el tratamiento del cáncer y en el reemplazo de un hígado afectado. Sin embargo, éste un es procedimiento importante que requiere de una atención de seguimiento intensa después del tratamiento. Además de vigilar su recuperación de la cirugía y prestar atención a posibles signos de cáncer recurrente, el equipo de profesionales de la salud que atiende su cáncer le vigilará minuciosamente para asegurarse de que su organismo no esté rechazando el nuevo hígado.

Usted necesitará tomar medicinas potentes para ayudar a prevenir el rechazo. Estas medicinas pueden presentar sus propios efectos secundarios, incluyendo debilidad de su sistema inmunológico, lo que puede ocasionar que usted esté más propenso a contraer infecciones.

El equipo de profesionales a cargo de su trasplante debe informarle sobre los asuntos a los que debe prestar atención en términos de síntomas y efectos secundarios, y cuándo usted necesitará comunicarse con ellos. Resulta muy importante seguir estas instrucciones al pie de la letra.

Tratamiento antiviral

Si usted padece hepatitis B o C que ha contribuido al cáncer de hígado, es posible que su médico quiera que tome medicinas para tratar o ayudar a controlar la infección.

Consultas con un nuevo médico

En algún momento después del diagnóstico y tratamiento del cáncer, es posible que usted tenga que consultar con un médico nuevo, quien desconoce totalmente sus antecedentes médicos. Es importante que usted le proporcione a su nuevo médico los detalles de su diagnóstico y tratamiento. La recopilación de estos detalles poco después del tratamiento puede ser más fácil que tratar de obtenerlos en algún momento en el futuro. Asegúrese de tener a la mano la siguiente información:

  • Una copia del informe de patología de cualquier biopsia o cirugía.

  • Copias de los estudios por imágenes (CT o MRI, etc.) que usualmente se pueden pasar a un CD, DVD, etc.

  • Si se sometió a una cirugía, una copia del informe del procedimiento.

  • Si se le admitió en el hospital, una copia del resumen al alta que los médicos preparan cuando envían al paciente a su casa.

  • Si recibió radioterapia, un resumen del tipo y dosis de radiación, así como cuándo y en dónde se administró.

  • Si ha recibido quimioterapia, o terapias dirigidas, una lista de sus medicamentos, las dosis de los medicamentos y cuándo los tomó.

Es posible que el médico quiera copias de esta información para mantenerlas en su expediente, pero usted siempre debe mantener copias en su poder.

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