Todos los pacientes del concejo escocés Inverclyde pueden acudir desde el pasado 30 de enero a una oficina de farmacia para que le sean dispensados medicamentos para dolencias menores sin necesidad de presentar la receta médica, en el desarrollo de una prueba piloto. El proyecto tiene como objetivo promover la utilización de la farmacia comunitaria como primer punto de acceso a la Sanidad y reducir la carga asistencial en Atención Primaria.
Esta medida forma parte de una estrategia más amplia en Escocia para dar mayor papel sanitario a los farmacéuticos comunitarios y, si los resultados son positivos, podría ser implementada a escala nacional.
En el año 2006, arrancó este servicio en oficinas de farmacia para dolencias menores, dirigido a personas mayores de 60 años, menores de 16 años, mujeres embarazadas y personas con escasos recursos. La idea es ampliarlo a toda la población, siendo el paso previo esta prueba piloto en la que participan 19 farmacias.
Así, los farmacéuticos evaluarán a los pacientes asegurados y, en caso necesario, dispensarán medicamentos que requieren de prescripción médica para determinados problemas banales sin complicaciones. No obstante, los pacientes podrán elegir acudir primero a su médico si desean que les sea prescrita su medicación.
“Sabemos que los farmacéuticos están bien cualificados para tratar con éxito a los pacientes que tienen dolencias menores, asegurando un tratamiento apropiado, asesoramiento o derivación”, afirma la secretaria de Salud de Escocia, Shona Robison.