AMAF llama a aprobar un nuevo Convenio de Farmacia lo antes posible y desaconseja la opción del descuelgue

La Asociación Madrileña de Asesorías de Farmacia (AMAF) ha analizado la cuestión de la subida salarial que habría que aplicar, por el transcurso de un nuevo año, y aclaran que, de acuerdo con el Convenio vigente, el XXIV, y sabiendo que el PIB ha crecido por encima del 1%, la subida salarial en farmacias para 2020 debe ser del 2%. En cuanto a las pretensiones de descuelgue, alentadas por Adefarma, consideran que "no son razonables ni siquiera posibles".

Realizan esta aclaración para dar respuesta a informaciones como las que publicó Diariofarma, en la que se planteaba la posibilidad de proceder a negociar convenios propios o descuelgues salariales, lo cual, dicen, "sorprende".

Explican, a este respecto, que "para que una empresa pueda negociar un Convenio propio, el primer requisito que debe cumplir es el de contar con representación de los trabajadores", que se tendrá con carácter forzoso a partir de 11 trabajadores o de forma voluntaria, por decisión de la mayoría de los trabajadores, a partir de seis.

Esa representación se concretaría en la figura del delegado de personal, que gozaría "de los beneficios y prerrogativas propios de su cargo, con garantías muy concretas en caso de despido y sanciones que la empresa pueda imponerle". Solo cuando éste sea designado se podrá negociar el convenio de empresa. Recuerdan, no obstante, que "los convenios colectivos, en pequeñas empresas, como son las oficinas de farmacia, son realmente muy excepcionales por todas estas razones".

Sobre la posibilidad del descuelgue

En lo que respecta al descuelgue salarial, recuerdan que es preciso que sea negociado con los representantes de los trabajadores y, en caso de no existir, "se permite que los propios trabajadores nombren una comisión con un máximo de tres miembros".

Las razones más comunes para fundamentar el descuelgue, explican, "son las económicas, con similares criterios que los requeridos para los despidos objetivos: resultados económicos negativos actuales o previstos, y disminución de ingresos o facturación en los dos últimos trimestres respecto de periodos equivalentes del año anterior". La diferencia con el despido objetivo, prosiguen, es que se requiere la disminución de facturación en los dos últimos trimestres en lugar de exigirse en tres.

En cuanto a los aspectos que podrían alterarse mediante el descuelgue, indican, citando el artículo 82.3 del Estatuto de los Trabajadores, que son la jornada de trabajo, el horario y distribución del tiempo de trabajo, el régimen a turnos, el sistema de remuneración y cuantía salarial, el sistema de trabajo y rendimiento, las funciones, cuando excedan de los límites que para la movilidad funcional prevé el artículo 39.g, y las mejoras voluntarias de la acción protectora de la seguridad Social.

Precisan, no obstante, que "no cabe aplicar la retroactividad y sus efectos tampoco pueden ir más allá de la vigencia temporal del convenio del que se descuelgan". Por tanto, prosiguen, "cuando entrase en vigor el nuevo convenio, decaería el descuelgue, sin perjuicio de volver a tramitar un nuevo descuelgue si concurren las circunstancias pertinentes".

Por todas estas razones, desde AMAF consideran que las pretensiones de descuelgue "no son razonables ni siquiera posibles". En su opinión, lo mejor sería "tener un nuevo convenio lo antes posible e intentar evitar controversias en este sentido".