La Agrupación de Farmacéuticos de la Unión Europea (PGEU) ha emitido un documento de posicionamiento en relación con el potencial del Big Data y la inteligencia artificial en el cuidado de la salud, en el que plantea una serie de retos y oportunidades para los sistemas sanitarios derivados de su aplicación y destaca su valor para incrementar la aportación asistencial de las farmacias.
En el apartado de retos, señalan la calidad, la interoperabilidad y la posibilidad para el manejo de dichos datos. Señalan, a este respecto, que "la disponibilidad de un volumen muy extenso de datos de salud implica que la capacidad de las herramientas para la interpretación de esos datos (machine learning)" sea también muy alta.
Otro aspecto a tener en cuenta, señalan, es que la aplicación de la tecnología para el análisis de datos lleva implícita una preocupación derivada del manejo de información sensible que pertenece a los pacientes, por lo que será fundamental que todo el tratamiento que se haga de ellos esté en línea con lo dispuesto con la normativa que regula la protección de los datos personales, "si se quiere mantener la confianza de los pacientes en el sistema".
Sobre la posible aportación de los farmacéuticos a la recolección de datos de salud, recuerdan que esta profesión ha venido trabajando en el registro de datos durante los últimos 20 años, y está en disposición de llevar a cabo la monitorización de los pacientes. "Las herramientas informáticas usadas por los farmacéuticos han sido cruciales como fuente de información relacionada con medicamentos, dispositivos médicos, para el buen funcionamiento de la prescripción electrónica y la evitación, por ejemplo, de recetas repetidas, así como para la facturación o el seguimiento de algunos pacientes", aseguran.
Servicios con soporte tecnológico
Ahora, con el uso del Big Data y la inteligencia artificial podrían liberarse de determinadas acciones y dedicar más recursos a la provisión de servicios sanitarios directamente relacionados con el cuidado del paciente. Además, partiendo de la interoperabilidad de los datos, la farmacia podría usar la información clínica de los pacientes "para ofrecer una atención más personalizada y consejo experto".
Siguiendo con las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial, la PGEU hace referencia a la nueva generación de software de gestión de la oficina de farmacia, que se prevé que podrán servir de espacio para la identificación y registro, por ejemplo, de efectos adversos relacionados con medicamentos, interacciones, etc., procesos que podrán automatizarse y liberar, igualmente, tiempo para que el farmacéutico pueda dedicarlo a labores más asistenciales.
Junto estos avances previamente señalados, aluden también al potencial de la eHealth y la mHealth, que pueden contribuir a la captura de datos en tiempo real, los cuales pueden servir para que el farmacéutico comunitario "haga seguimiento de los pacientes durante la terapia".
Para aprovechar todas estas potencialidades, no obstante, recomiendan "implicar a los farmacéuticos en la formulación de las políticas de sanidad digital a nivel local, nacional y europeo, así como en las guías para la utilización de estas tecnologías; remunerar los servicios profesionales farmacéuticos que incluyen el uso de eHealth y mHealth; promover la interoperabilidad de los datos entre los sistemas de información europeos, permitiendo el intercambio de datos con las farmacias comunitarias; permitir su acceso a los registros para dejar constancia de problemas relacionados con la medicación, y fortalecer el uso de las tecnologías para fomentar la actuación colaborativa entre los diferentes profesionales sanitarios que atienden a un mismo paciente".
Carmen Martínez, portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados: 
Margarita de la Pisa, eurodiputada de Vox.: 
Ion Arocena, director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio): 
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad: 
Marciano Gómez, consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana.: