Tomar el sol es bueno, ya que la radiación solar es una fuente de energía necesaria para nuestro organismo. Aunque la exposición de forma no controlada supone un riesgo para la salud.
Conocer las diferentes radiaciones solares y el daño que pueden provocar en nuestra piel es fundamental para tener y adquirir buenos hábitos de protección solar.
Cada vez existe más evidencia científica de que los efectos perjudiciales en la piel no se limitan solamente a las radiaciones ultravioletas A y B, sino que también la radiación infrarroja y la luz visible actúan como catalizadores del daño solar en nuestra piel.
Es ampliamente sabido que los rayos ultravioleta A, o rayos UVA, llegan a la dermis, deterioran las fibras de colágeno y elastina de nuestra piel, acelerando el envejecimiento cutáneo a la vez que provocan la aparición de manchas e incluso la aparición de cáncer de piel. Mientras que los rayos ultravioleta B se quedan en la epidermis y son los responsables, entre otras lesiones, de las quemaduras solares y de producir posibles cánceres de piel.
Pero estas dos radiaciones apenas suponen el 10 por ciento del espectro solar, el 90 por ciento restante se corresponde con la luz visible y, principalmente, con la radiación infrarroja.
Estas radiaciones, a diferencia de la ultravioleta, son capaces de penetrar e incluso hasta la hipodermis, que es la capa más profunda de la piel. Y son responsables de generar hasta el 50 por ciento de los radicales libres, radicales que aumentan la degradación del colágeno e impiden también su síntesis. Radiaciones que son capaces de producir fotoenvejecimiento, aparición de manchas en la piel e incluso de alterar y generar lesiones en el ADN celular, llegando a poder producir cáncer de piel.
Por todo ello, me gustaría dar un par de recomendaciones. En primer lugar, es importante que la fotoprotección que nos vayamos a aplicar cuente con una combinación de filtros óptimos y fotoestables de alta calidad, con activos específicos que neutralicen los radicales libres que generan cada una de estas radiaciones, y que cuente con enzimas reparadoras del daño celular. Información, toda ella sobre la que te podrá asesorar tu farmacéutico de confianza.
Y en segundo lugar, la protección solar, no es solo una cuestión asociada al verano, a la playa o a la piscina, debemos fotoprotegernos todos los días del año, con una fotoprotección completa.
Y recuerda, pregunta siempre a tu farmacéutico de confianza, experto en dermofarmacia, te ayudaremos y resolveremos cualquier duda que tengas en el cuidado y la salud de tu piel.