“Básicamente lo que pone de manifiesto el trabajo son dos cuestiones, por un lado que la usabilidad y el impacto que iba a tener esta forma de trabajar se confirma y se demuestra que la experiencia del paciente en cómo se relaciona con la farmacia mejora, con respecto al enfoque anterior y por otro lado, que esta metodología tiene mayor impacto a nivel de intervenciones farmacéuticas que el modelo tradicional”. Así describe Ramón Morillo, coordinador del proyecto Mapex de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (Sefh), su valoración sobre el artículo que recientemente ha publicado Dove Press sobre los primeros resultados sobre el modelo CMO, que propone un abordaje multidisciplinar y multidimensional que asegure las necesidades del paciente.
El modelo CMO (Capacidad-Motivación-Oportunidad), nació en 2015 dentro de una iniciativa de la Sefh denominada Mapex (Mapa Estratégico de Atención Ambulatoria) cuyo objetivo era abrir una línea de trabajo en torno a una mejor atención ambulatoria por el farmacéutico especialista y proponer un nuevo modelo de atención con un abordaje multidisciplinar y multidimensional basado en las necesidades del paciente.
El estudio compara de forma prospectiva la influencia del desarrollo y aplicación de un modelo de atención farmacéutica coordinado entre farmacia hospitalaria y comunitaria en zonas rurales, a partir de la aplicación de ‘Telémaco’, una herramienta tecnológica que facilita la acción en telefarmacia.
Los resultados indican que la experiencia del paciente mejoró pasando de una valoración de 7,4 sobre 10 al inicio del análisis, a un 9,5. “Los resultados mostraron que la metodología CMO tenía beneficios tanto para la perspectiva del paciente como de los profesionales de la salud que trabajan junto con el farmacéutico”, indica el estudio.
El trabajo se basa en la experiencia de 20 pacientes con prescripción médica hospitalaria para el tratamiento de alguna patología crónica atendidos en cuatro centros de España. Cada uno de ellos fue seguido durante 48 semanas, tanto en visitas presenciales, como telemáticas, programadas y no programadas a petición del paciente. La edad media de los participantes era de 66 años, con igual proporción de hombres y mujeres.
Para Ramón Morillo los resultados provocan una “gran satisfacción” y supone “un espaldarazo a un proyecto que va a tener su continuidad.
Según explica Morillo, “ya en su momento vimos que la experiencia había sido muy novedosa y muy útil” y ahora “fruto de esa idea” y de unión de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) “estamos trabajando el desarrollo, en lo que es la fase 2 del proyecto”.
El proyecto está ahora adaptándose para ser seguido desde 19 servicios de farmacia hospitalaria y más de 100 farmacias, ya no solamente rurales sino vinculadas a estos 19 hospitales y la incorporación de más pacientes al estudio. “Ccuando tengamos un número que sea considerable de pacientes que alcanzado un año, volveremos a sacar una publicación con mayor número de pacientes y con una revisión de más impactos sobre los resultados de salud que irá teniendo esta forma de colaborar entre hospital y farmacia comunitaria”, indica.
La nueva metodología de atención farmacéutica que respalda este proyecto “es la que ha generado la expansión de actividades profesionales tanto de la farmacia comunitaria como de la farmacia hospitalaria”, asegura Ramón Morillo, para quien, “este proyecto no va de tecnologías, sino de atención farmacéutica apoyada en una metodología CMO , dentro de la cual, uno de los pilares es la incorporación de las nuevas tecnologías para el seguimiento longitudinal del paciente”.
Lo que corrobora este proyecto “es que la metodología CMO que es la alimenta este trabajo es la que ayuda a expandir la actividad y la visión más centrada en el paciente y no tanto en el medicamento, que ha tenido el formato tradicional de trabajo”, concluye.