La Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) ha publicado este jueves su ‘Guía de referencia de conocimientos y habilidades para farmacéuticos que apoyan el autocuidado’, un manual “específicamente adaptado para la práctica farmacéutica a partir de las Normas de competencia de la Organización Mundial de la Salud.
La guía “está diseñada para ser un recurso integral para los farmacéuticos, brindándoles los conocimientos y las habilidades necesarias para apoyar el autocuidado de manera efectiva y cubriendo cinco dominios clave: centrado en las personas; toma de decisiones; colaboración; conducta personal; práctica basada en la evidencia; y comunicación”.
Igualmente, el trabajo destaca el papel de los farmacéuticos “en el apoyo a las personas para que accedan a tratamientos de venta libre seguros y efectivos, reconozcan los síntomas que requieren atención médica y tomen decisiones informadas sobre el estilo de vida que promuevan la salud y prevengan enfermedades”.
El nuevo documento de la FIP nace del convencimiento de la organización sobre que los farmacéuticos “siguen siendo los proveedores de atención médica más accesibles para el público”. En ese sentido india que “las farmacias comunitarias son los únicos lugares donde una persona puede acceder de forma gratuita y sin cita previa”. Igualmente, su capacidad para contribuir a la atención a través de múltiples servicios, el manejo del estado de la enfermedad, y los controles de medicación y las consultas educativas, los hacen ser “una fuente ideal de apoyo para un autocuidado eficaz”.
Para la FIP, el papel de los farmacéuticos en la promoción del autocuidado y el manejo de enfermedades comunes “es el núcleo de uno de los programas de trabajo prioritarios de la federación”. Las actividades de la FIP en esta área tienen como objetivo “empoderar a los farmacéuticos y profesionales de la salud para promover la alfabetización en salud y apoyar a las personas en el manejo de su salud y bienestar”.
La guía centra su contenido en proporcionar a los profesionales, herramientas y capacidades en base a seis dominios de competencias. El primero de ellos hace referencia a que las competencias deben estar centradas en la personas y ello conlleva, el segundo, que implica el incluir dentro de este eje construido en base al paciente, a los cuidadores, las familias e incluso las comunidades. Por otro lado plantean que las decisiones en autocuidado deben estar tomadas dentro de un ambiente colaborativo y basado en una comunicación eficaz.
Por otro lado, el autocuidado en la farmacia debe estar basado en la colaboración con otros profesionales de la salud y también con trabajadores comunitarios. Además el farmaceútico debe aportar su visión y apoyar las prácticas de autocuidado basadas en evidencia por parte del entorno del paciente. Finalmente, el documento aporta recomendaciones para mantener altos los estándares de conducta ética.