E.J. Mundell
JUEVES, 2 de julio de 2015 (HealthDay News) -- Preocupados sobre las asociaciones entre una ingesta diaria alta de sal, la hipertensión y el accidente cerebrovascular (ACV), la mitad de los adultos estadounidenses que participaron en una encuesta reciente dijeron que habían intentado reducir el sodio.
La encuesta de más de 180,000 personas de 26 estados, Puerto Rico y Washington, D.C., encontró que las personas ya diagnosticadas con hipertensión eran más propensas a renunciar al salero, algo que quizá no resulte sorprendente.
"La ingesta excesiva de sal es un importante factor de riesgo de la hipertensión, y, ulteriormente, de la enfermedad cardiaca y el ACV, la primera y la quinta causas de muerte en EE. UU., respectivamente", anotó un equipo de investigadores liderado por el Dr. Jing Fang, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Según las Directrices Dietéticas para los Estadounidenses actuales, se aconseja a la población general consumir menos de 2,300 miligramos, o una cucharadita, de sal al día. Para las personas mayores de 51 años, los negros y los que sufren de afecciones como la hipertensión, la diabetes o la enfermedad crónica la ingesta diaria de sodio recomendada es de 1,500 miligramos o menos.
El nuevo informe sugiere que los mensajes sobre la reducción de la ingesta de sal quizá se estén captando. En respuesta a la pregunta "¿Está usted controlando o reduciendo su ingesta de sodio o sal actualmente?", poco más del 50 por ciento de los encuestados dijeron que "sí".
Pero la cantidad de respuestas afirmativas varió mucho según la residencia, anotó el equipo de Fang. Más del 73 por ciento de los puertorriqueños dijeron que "sí" estaban reduciendo la ingesta de sal, al igual que el 58 por ciento de los residentes de Carolina del Norte. Pero esa cifra se redujo al 39 por ciento en Utah, y a alrededor del 41 por ciento en Minnesota, encontró el estudio.
Las personas que sabían que tenían hipertensión eran mucho más propensas a estar intentando reducir la sal. Por ejemplo, el 80 por ciento de los puertorriqueños con hipertensión dijeron que estaban evitando la sal, al igual que alrededor del 72 por ciento de las personas con hipertensión en Kentucky y Nueva Jersey, encontraron los investigadores de los CDC.
Al contrario, apenas el 39 por ciento de las personas de Kentucky sin hipertensión dijeron que estaban intentando reducirla.
Según el equipo de los CDC, la buena noticia es que los esfuerzos por evitar la sal parecen ser mayores en las áreas donde las tasas de hipertensión también son altas.
Pero creen que los profesionales de la atención sanitaria pueden hacer mucho más por informar a los pacientes sobre su riesgo. Cuando se les preguntó si un médico u otro profesional sanitario les había instado alguna vez a controlar su ingesta de sal, apenas el 14.5 por ciento de los encuestados en Utah dijeron que "sí", y la tasa nunca subió más de un 41.4 por ciento (en Puerto Rico) en ninguno de los lugares incluidos en el estudio.
Además de salvar vidas, reducir la ingesta de sal, y su impacto sobre la enfermedad cardiaca y el ACV, podría también aliviar la carga sobre el sistema de atención sanitaria de EE. UU., señaló el equipo de los CDC. Al observar las proyecciones para 2010 a 2030, estimaron que "se calcula que reducir la ingesta de sodio en 1,200 miligramos al día ahorraría 18 mil millones de dólares cada año en costos de atención sanitaria".
El estudio aparece en la edición del 3 de julio de la revista de los CDC, Morbidity and Mortality Weekly Report.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor