En el Día Europeo de Prevención del Cáncer de Piel, el Colegio de Farmacéuticos de Álava, el Colegio de Ópticos-Optometristas y Contra el Cáncer en Álava recuerdan que los casos de cáncer de piel en la última década han aumentado un 20%, cifra que podría reducirse significativamente de haber seguido unas sencillas pautas de prevención.
Según los datos del Observatorio de la Asociación Contra el Cáncer, en 2024 en Álava, se detectaron 159 nuevos casos de cáncer de piel. De estos, 44 fueron diagnosticados como melanoma, que es el responsable del 80% de las muertes. En Euskadi, se contabilizaron 299 nuevos casos de melanoma.
Para frenar este crecimiento es importante la prevención, donde juega un papel fundamental la fotoprotección, primordial en todas las personas ante una exposición solar, pero más si cabe en aquellas personas con piel clara, niñas, niños, personas ancianas, pacientes inmunodeprimidos y personas que tomen algún tipo de fármaco fotosensibilizante.
Desde los Colegios de Farmacéuticos y de Ópticos- Optometristas de Álava se colabora desde hace varios años con la Asociación Contra el Cáncer en esta campaña de prevención, con el fin de difundir recomendaciones, y promocionar el uso de fotoprotectores adecuados.
Desde las farmacias, de hecho, se presta un asesoramiento específico, sobre todo en estas épocas del año para ofrecer productos de calidad y consejo profesional, ya que muchos tratamientos farmacológicos producen fotosensibilidad. Lo mismo ocurre en los establecimientos sanitarios de Óptica, en los que se dispensan e informa de los medios de protección ocular solar más adecuados para cada persona concreta.
Se suele poner especial énfasis en el cuidado de la piel durante las vacaciones veraniegas. Sin embargo, las radiaciones solares se producen durante todo el año y en todo tipo de circunstancias. Por ello, este año, se quiere hacer especial hincapié tanto en la prevención solar en el tiempo de ocio, al aire libre, como entre todos aquellos profesionales que trabajan al aire libre y que están especialmente expuestos. Por ejemplo, en el caso de profesionales como obreros, socorristas, agricultores y, en general, colectivos que trabajen en entornos laborales al aire libre. En la población general, en cualquier actividad que hagamos en la vida diaria.
Las personas que trabajan al aire libre están expuestos a una dosis de radiación ultravioleta (RUV) al menos dos o tres veces superior a las que trabajan en el interior.
Los profesionales que trabajan en el exterior tienen, por tanto, un riesgo incrementado de sufrir quemaduras solares, cánceres cutáneos, fotoenvejecimiento e inmunosupresión a nivel cutáneo, además de enfermedades oculares relacionadas con la sobreexposición a las RUV como cataratas y la degeneración macular, entre otras.
De hecho, además del cáncer de piel, estudios de la OMS señalan que alrededor de 3,2 millones de personas en el mundo pierden la vista cada año debido a patologías relacionadas con la exposición prolongado a los rayos UV.
“Normalizar esa exposición sin protección incrementa el riesgo de forma directa. La fotoprotección, que incluye ropa adecuada, cremas con FPS 50, sombra y horarios seguros no es un extra: es una necesidad”, ha señalado la gerente de Contra el Cáncer en Álava, Mónica Moreno.
En este sentido, la portavoz del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Álava, Mercedes Villacorta, ha recordado que estas medidas de fotoprotección han de ser adecuadas a cada situación y a las características individuales de cada persona. “Es fundamental aplicar un fotoprotector solar de amplio espectro con un factor de protección adecuado el fototipo de la persona y tipo de exposición. Resistente al agua y al sudor. Aplicar en cantidad adecuada y renovarlo cada cierto tiempo y no olvidar zonas como orejas, nariz, labios, calva, pies. Asimismo debe aplicarse a diario, incluso los días nublados”.
En lo que respecta a la protección ocular, el, delegado en Álava del colegio de Ópticos-Optometristas, José Luis Sáez Presa, ha advertido de que determinados factores medioambientales pueden incrementar la exposición a la radiación ultravioleta, tales como la composición atmosférica, la altitud o las formaciones ligeras de nubes, que funcionan como una lupa. “Por ello -ha indicado- es importante tener gafas de seguridad al aire libre perfectamente ajustadas para una protección óptima y evitar que los rayos dañinos penetren. Además, el tinte de la lente debe adaptarse a las condiciones de trabajo para garantizar una visibilidad óptima y una mayor seguridad”.