MARTES, 7 de julio de 2015 (HealthDay News) -- Las víctimas de un accidente cerebrovascular (ACV) a menudo experimentan un deterioro inmediato de su capacidad de pensar y razonar. Pero un nuevo estudio muestra que un ACV también puede tener un efecto más insidioso y a largo plazo en los procesos mentales.
Las personas que sufren un ACV tienen más probabilidades de sufrir un deterioro acelerado de su pensamiento y sus habilidades de planificación durante al menos 6 años después de su emergencia médica, según un informe publicado el 7 de julio en la revista Journal of the American Medical Association.
Durante cada año después de un ACV, los pacientes tienen un riesgo un 23 por ciento mayor de sufrir una pérdida mental adicional, en comparación con cómo les hubiera ido si nunca hubieran tenido un ACV, dijo la autora principal, la Dra. Deborah Levine, profesora asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y médica en el Sistema de Atención de Salud de Asuntos de Veteranos de Ann Arbor.
"Hallamos que los supervivientes a un ACV tenían un tasa significativamente más rápida de presentar nuevas alteraciones cognitivas [del pensamiento] tras el ACV, en comparación con las tasas previas al ACV", señaló Levine.
El ACV se produce cuando el flujo de sangre que va al cerebro se interrumpe, debido a un coágulo o una hemorragia. Cada año en Estados Unidos, cerca de 800,000 personas tienen un ACV.
El estudio se centró en casi 24,000 participantes en un proyecto de mayor tamaño financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. que está examinando las diferencias regionales y raciales en las muertes por el accidente cerebrovascular. Las personas eran mayores de 44 años y estaban mentalmente sanas cuando empezaron a participar en el estudio.
Como parte del estudio de mayor tamaño, estas personas participaron en una batería anual de pruebas de acertijos mentales que medían su capacidad para pensar, aprender, recordar y planificar, comentó Levine. Esto permitió a los investigadores establecer la extensión hasta la cual sus capacidades mentales se habían erosionado con el tiempo.
Aproximadamente 515 participantes sufrieron un ACV durante un periodo de seguimiento promedio de 6 años, reportó el estudio.
Los investigadores hallaron que tras el ACV, estas personas sufrieron una tasa de deterioro mental a largo plazo significativamente más rápida que su tasa previa al ACV, comentó Levine.
El deterioro se centró principalmente en torno a dos dominios afectados fundamentalmente por el ACV: la cognición global y la función ejecutiva, dijo Levine. La cognición global refleja la capacidad general para pensar y razonar de una persona, mientras que la función ejecutiva refleja su capacidad para organizar, priorizar, gestionar el tiempo y tomar decisiones.
Pero el ACV no pareció provocar ningún cambio a largo plazo en la memoria verbal, ni en la capacidad de aprender nuevas cosas, señaló Levine.
La Dra. Aviva Lubin, directora asociada de la sección de accidentes cerebrovasculares en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, dijo que estos hallazgos tienen sentido según lo que ella ha observado en sus propios pacientes.
"Veo a los pacientes que llegan con un ACV, y luego me entero por sus familiares de que no son capaces de gestionar su casa tan bien como antes", dijo Lubin.
A Lubin los resultados le parecieron particularmente sorprendentes dado que los investigadores descartaron a los pacientes que habían sufrido una afasia (una incapacidad de sus capacidades del lenguaje) como resultado de su ACV.
"Dejaron fuera uno de los grandes síntomas que hacen que los pacientes parezcan que están sufriendo un deterioro cognitivo", comentó Lubin. "Creo que es interesante que todavía encontraran una conexión incluso después de excluir a estos pacientes".
Hay varios factores posibles que podrían provocar este deterioro a largo plazo, dijo Levine. Se sabe que el ACV exacerba las afecciones tales como el Alzheimer, pero los pacientes también podrían sufrir síntomas posteriores al ACV o ACV secundarios que provocan una lesión continua en el cerebro.
Basándonos en estos hallazgos, las personas con una mala salud cardiaca deberían pensar en realizar una prueba de sus habilidades mentales, dijo el Dr. Philip Gorelick, director médico del Centro de Neurociencia Hauenstein del Centro de Salud Saint Mary en Grand Rapids, Michigan.
Esa prueba avanzada ayudará a los médicos a dar seguimiento a su progreso y evaluar mejor los efectos de cualquier accidente cerebrovascular que pudieran experimentar en el futuro, dijo Gorelick, que escribió un editorial que acompaña al estudio de Levine.
Los supervivientes al ACV que deseen permanecer tan agudos como sea posible deberían trabajar con su médico para reducir su riesgo de sufrir otro accidente cerebrovascular, aconsejó Levine. Eso incluye el control de la presión arterial y el colesterol, comer una dieta sana, hacer ejercicio regularmente y dejar de fumar.
Lubin también recomienda que los supervivientes a los ACV hagan el tipo de cosas que cualquiera puede hacer para contribuir a un envejecimiento elegante del cerebro. Esto incluye jugar juegos de memoria, resolver acertijos y socializar de forma regular.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Deborah Levine, M.D., M.P.H., assistant professor, University of Michigan Medical School, and staff physician, Ann Arbor VA Healthcare System; Aviva Lubin, M.D., associate stroke director, Lenox Hill Hospital, New York City; Philip Gorelick, M.D., M.P.H., medical director, Hauenstein Neuroscience Center at Saint Mary's Health Care, Grand Rapids, Mich.; July 7, 2015, Journal of the American Medical Association