En el reciente congreso de la Asociación Europea de Farmacéuticos de Hospital (EAHP), celebrado en Cannes (Francia), la organización se ha referido a estos profesionales como “catalizadores del cambio”, y han dejado claro que ese cambio es necesario, con ejemplos como el de derroche de medicamentos en Reino Unido, que han tasado en 300 millones de libras esterlinas (347 millones de euros) anuales, y contra el cual la función del farmacéutico hospitalario puede ser una medida de enorme eficacia.
La tesis se reforzaba con cifras adicionales: 90 millones de libras (104 millones de euros) que se corresponderían con medicamentos adquiridos por los pacientes y almacenados en sus domicilios sin ser consumidos; 110 millones de libras (127 millones de euros), el valor de los que fueron devueltos a las farmacias comunitarias; y medicamentos por valor de 50 millones de libras (57,8 millones de euros) en residencias de mayores, y sin usar.
Más elevado es aún el gasto derivado del mal control de las enfermedades crónicas, con complicaciones asociadas en torno a los 500 millones de libras (578 millones de euros).
Además, se estima que entre el 30% y el 50% de los medicamentos no se tomaron de acuerdo con las recomendaciones del médico cuando se trataba de enfermedades en las que la terapia es prolongada. De acuerdo con los datos presentados en el encuentro, el 6,5% de los ingresos hospitalarios en Reino Unido se debe a reacciones adversas.
Finalmente, se planteaba que entre un 16% y un 20% de los pacientes que comienzan un tratamiento no cumplen con la pauta terapéutica indicada.
Nicolas Gonzalez Casares: