Con el objetivo de conocer qué aporta la formulación como complemento del medicamento industrial a los médicos especialistas en endocrinología, otorrinolaringología, proctología y dermatología, Infarma acogió una Aula Profesional titulada “¿Qué espera de la formulación el especialista?”, que estuvo moderada por el vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), Francesc Llambí.
La conferencia contó con las intervenciones de Guillem Cuatrecases, jefe del servicio de endocrinología de la Clínica Sagrada Familia; Miquel Conti, director del servicio de otorrinolaringología del Hospital Universitari Dexeus; Anicet Puigdollers, director de la unidad de proctología y suelo pélvico del Hospital de Mollet y Montserrat Salleras, jefa del servicio de Dermatología del Hospital Sagrat Cor de Barcelona.
Al comienzo del acto, Llambí expuso que en documentos recientes de ámbito europeo y estatal “se destaca la formulación como complemento del medicamento industrial. Es más, en algunos se dice explícitamente que no habrá medicamento industrial para atender todas
las situaciones terapéuticas”.
Según el vocal del COFB, ello es una clara referencia “a patologías que tienen poblaciones reducidas, a patologías con un gran número de variantes clínicas, donde el medicamento industrial correspondiente no se adaptará a todas estas situaciones, a pacientes con necesidades de dosis diferentes o que tienen dificultad en la administración de fármacos”.
Dermatología
En este sentido, Salleras resaltó en su intervención que tradicionalmente en el área de dermatología es donde más se formula y que la formulación es una herramienta imprescindible en la terapéutica dermatológica actual. Desde su punto de vista, “no puede haber dermatología de excelencia sin formulación”. Además, se mostró convencida que “la formulación nos prestigia a los médicos y a los farmacéuticos”.
Según la doctora la formulación en dermatología, entre otros aspectos, “permite personalizar el tratamiento y mejorar la prescripción, incorporar principios activos no comercializados o retirados, modificar las dosis de los principios activos (aumento/disminución), incorporar vehículos novedosos (espumas faciales y capilares, emulsiones para pieles sensibles, lacas ungueales...), cubrir lagunas terapéuticas, combinar principios activos o adaptar cantidades”.
Endocrinología
Cuatrecasas expuso que en el ámbito de la endocrinología, “la formulación nos permite disponer de principios activos que no están comercializados y que en algunos casos son muy importantes para nosotros, nos permite personalizar las presentaciones y en fármacos de costes elevados, por ejemplo, de tratamiento de obesidad, a veces permite una reducción de costes”.
Por otro lado, Cuatrecasas expuso dos principios activos importantes en endocrinología. En primer lugar, la DHEA, que tiene interés en el caso de la patología suprarrenal o en el síndrome de fatiga crónica y, en segundo lugar, el Propylthiouracil usado en el tratamiento del hipertiroidismo y que en España no está comercializado. “Es la evidencia de un fármaco del que necesitamos obligatoriamente la formulación”, concluyó Cuatrecasas..
“Actualmente, estamos viendo desabastecimientos, roturas de stock y que nos faltan fármacos y esto crea un problema a la hora de tratar a los pacientes. La formulación nos permite, entre otros aspectos, combinar productos que creemos que pueden ser beneficiosos para un paciente y hacer dosificaciones que podamos modificarla”, explicó Conti.
Otorrinolaringología y proctología
Además, Conti remarcó que la otorrinolaringología es una especialidad que se fija en las cavidades de boca, nariz, faringe, etc. que se comunican entre sí y son muy especializadas, por lo que la formulación resulta de utilidad. Sobre todo en un motivo de consulta muy frecuente, la obstrucción nasal. “La ventaja que hemos encontrado con la formulación es que podemos formular algo muy específico para el paciente”, aseguró.
Por su parte, Puigdollers explicó que lo que puede aportar la formulación a que un cirujano colorrectal o proctólogo se puede dividir en tres niveles. “El primero es el tratamiento de la fisura anal, qué es lo que vemos con mayor frecuencia y con lo que ya tenemos una experiencia de años con la formulación; el segundo, el tratamiento de las heridas quirúrgicas, que estamos trabajando con la esperanza que pueda ser útil porque estas heridas son muy dolorosas; y, por último, pensando de cara al futuro, tratar la proctalgia funcional, es decir, dolores que no responden a lesiones orgánicas”.