Este martes, el presidente Donald Trump ha emitido una orden en la que se proponen una serie de enmiendas al proceso de negociación de precios para Medicare tal como lo regula la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) vigente en el país.
El objetivo es acabar con la ‘penalización a las pastillas’. En el esquema actual, puede negociarse el precio de las moléculas pequeñas -normalmente pastillas, de ahí la expresión- siete años después de su aprobación por parte de la agencia estadounidense de medicamentos (Food and Drug Administration).
El precio de los medicamentos biológicos puede negociarse a partir del undécimo año tras la aprobación.
En la orden, Trump encomienda al ministro de Sanidad, Robert F. Kennedy Jr., trabajar con el congreso del país para que los procesos de negociación "estén alineados", ya que el modelo actual “amenaza con distorsionar la innovación empujando la inversión a los productos biológicos más caros, que suelen estar indicados para enfermedades menos frecuentes, y alejándola de los pequeños fármacos de prescripción, que suelen ser más baratos y emplearse para tratar a poblaciones más amplias de pacientes”.
El presidente ha concedido un plazo de 180 días para recibir un informe con posibles sugerencias para acelerar la competencia en el mercado de fármacos de precios más altos, tales como aceleración de la aprobación de genéricos y biosimilares.
Más corto es el plazo para hacer llegar a su equipo recomendaciones sobre “la mejor forma de promover una cadena del medicamento más competitiva, eficiente, transparente y resiliente que ofrezca precios más reducidos a los norteamericanos”.
Desigualdad territorial y “enormes descuentos”
Otro de los objetivos señalados en el texto es la “estandarización” de los pagos de Medicare (el servicio que cubre a adultos mayores) para fármacos de prescripción “como algunos tratamientos frente al cáncer, independientemente del lugar en el cual el paciente es atendido”.
De acuerdo con el documento, las diferencias pueden ser de hasta un 60%.
La orden proporciona “enormes descuentos” a pacientes con bajos ingresos para facilitar la adquisición de medicamentos esenciales.
Los precios de la insulina para personas con menos recursos y aquellos sin seguro de salud se reducirán hasta $0,03, con una pequeña cuota por los gastos de administración.
Para personas en circunstancias similares, el coste de las inyecciones de epinefrina será de $15.
La orden incluye una declaración en materia de transparencia: “El presidente Trump ya ha adoptado numerosas medidas para acabar con la conducta de las grandes corporaciones que se benefician de mantener los precios de la atención sanitaria al alza y sus prácticas de negocio ocultas a los ojos de los estadounidenses”.