La dermatitis atópica es una patología de la piel inflamatoria, siendo una de las dermatosis más frecuentes y que mayor presencia tiene entre las patologías de la edad infantil. Para que nos hable de ello y de cómo abordarlo, contamos hoy con Virginia Barrau, farmacéutica experta en dermofarmacia.
En la mayoría de los casos, la dermatitis atópica aparece en el primer año de vida, y de ellos el 38% se declaran en los tres primeros meses. La dermatitis atópica en la infancia no suele presentar una gran gravedad y suele ir remitiendo con el tiempo, pero su padecimiento complica mucho la calidad de vida de los pacientes, ya que la dermatitis atópica suele cursar con prurito o picor muy intenso en la piel.
En primer lugar, es muy importante contar con un diagnóstico preciso por parte del especialista, el dermatólogo, quien determinará el tratamiento a seguir desde la farmacia.
Podemos ayudar con una serie de recomendaciones, orientadas principalmente a mejorar la calidad de vida de los pacientes, así como a tratar de espaciar en el tiempo la aparición de brotes.
Entre los consejos farmacéuticos, podríamos destacar mantener una correcta hidratación de la piel, para lo cual podemos aplicar emolientes específicos para dermatitis atópica. Por ejemplo, después del baño sobre la piel muy húmeda y con un suave masaje.
Los productos emolientes no sólo hidratan, sino que aportan sustancias que reestructuran nuestro manto lipídico, es decir, nuestro manto protector para evitar la evaporación del agua. Es importante si estamos en un tratamiento farmacológico tópico debemos evitar el uso de estos productos emolientes en aquellas zonas de brote. Y, en el caso de los niños, que muchas veces es inevitable que se rasquen ante un picor tan intenso, es conviene tener las uñas cortas y aseadas para minimizar al máximo esa posible infección.
Debemos reducir también el contacto directo con numerosos alérgenos, como son los ácaros. el polen o el polvo ya que éstos agravan la dermatitis atópica. Debemos de usar ropa de algodón que favorezca la transpiración de la piel y absorban el sudor, con esto conseguiremos que la piel no se irrite y evitar ropa de lana, tejidos sintéticos y las etiquetas interiores que pueden generar rozaduras.
Y, recordar llevar siempre un correcto factor de protección solar. Protegerse de las radiaciones es fundamental, pero aún más si cabe, ante patologías que presentan lesiones en la piel, como la dermatitis atópica.
Y, recuerda pregunta siempre a tu farmacéutico de confianza, experto en dermofarmacia, te ayudaremos y resolveremos cualquier duda que tengas en el cuidado y la salud de tu piel.