LUNES, 3 de agosto de 2015 (HealthDay News) -- Los ataques cardiacos quitan más años de la esperanza de vida de las mujeres y los negros que de la de los hombres blancos, según sugiere un nuevo estudio.
En promedio, las mujeres perdieron un 10.5 por ciento más de su esperanza de vida que los hombres, y los negros perdieron un 6 por ciento más que los blancos, reveló el estudio.
¿A qué se deben las diferencias? Las diferencias en la atención sanitaria podrían ser las responsables de algunas de las disparidades, pero no de todas.
"Los pacientes negros tenían más factores de riesgo, estaban más enfermos cuando recibieron por primera vez la atención médica, y recibieron menos tratamiento que los pacientes blancos", dijo la autora principal del estudio, la Dra. Emily Bucholz, residente pediátrica en el Hospital Pediátrico de Boston. "Pero no fuimos capaces de explicar las diferencias de sexo en los años de vida perdidos que observamos".
Para realizar el estudio, los investigadores analizaron a casi 147,000 pacientes de Medicare que habían sido hospitalizados por un ataque cardiaco entre 1994 y 1995. El 48 por ciento de las personas del grupo eran mujeres y el 6 por ciento eran negros. Su edad promedio cuando empezó la investigación era de 74 a 77 años, según el estudio.
Tras 17 años de seguimiento, los investigadores hallaron que más del 7 por ciento seguían con vida. Las tasas de supervivencia eran del 8.3 por ciento para los hombres blancos, del 6.4 por ciento para las mujeres blancas, del 5.4 para los hombres negros y del 5.8 por ciento para las mujeres negras.
En promedio, las mujeres perdieron casi 2 años más de vida potencial tras un ataque cardiaco que los hombres en todas las edades. Y los negros perdieron casi un año más de vida potencial tras un ataque cardiaco que los blancos, indicaron los investigadores.
¿Qué ocurre? Después de que los investigadores ajustaran las estadísticas de tal modo que no estuvieran sesgadas por factores como el nivel de enfermedad en los pacientes, la esperanza de vida de los negros en realidad fue superior que la de los blancos. Esto sugiere que los negros estaban más enfermos cuando llegaron al hospital y que no obtuvieron el mismo tratamiento que los blancos, dijo Bucholz.
El Dr. Jack Tu, científico principal del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook, en Toronto, y autor de un comentario que acompaña al estudio, dijo que es "desconcertante" que los hallazgos sugieran que los blancos y los negros fueron tratados de manera distinta en el hospital, de modo que los negros recibieron menos tratamientos como los medicamentos trombolíticos, las cirugías de derivación y las angioplastias.
Aun así, dijo, el estudio se basó en los tratamientos de pacientes de hace dos décadas. "Hay otros datos que muestran que las diferencias raciales en el tratamiento se han reducido desde ese momento", dijo Tu.
Y en cuanto a las mujeres, perdieron un 8 por ciento más de su esperanza de vida en comparación con los hombres, incluso cuando se ajustaron las estadísticas. Los investigadores no están seguros del motivo por el que existe esta diferencia. Las diferencias biológicas podrían ser una razón, dijo Bucholz, o las mujeres podrían obtener una atención de seguimiento peor tras un ataque cardiaco.
¿Qué debería ocurrir ahora? "Presuntamente, proporcionar una atención sanitaria más equitativa tanto antes como después de un ataque cardiaco podría ayudar a abordar muchas de las diferencias raciales en la esperanza de vida y en los años de vida perdidos después de un ataque cardiaco que observamos", dijo. Para ello, dijo, los legisladores a nivel nacional tienen que centrarse en la "reducción de las disparidades raciales en la atención sanitaria, pero también en la comprensión de por qué las mujeres tienen un riesgo más alto tras un ataque cardiaco que los hombres".
El estudio aparece en la edición del 11 de agosto de la revista Journal of the American College of Cardiology.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Emily Bucholz, M.D., Ph.D., pediatric resident, Boston Children's Hospital, Boston, Mass.; Jack Tu, M.D., M.Sc., Ph.D., senior scientist, Sunnybrook Health Sciences Center, Toronto, Canada; Aug. 11, 2015, Journal of the American College of Cardiology