La realidad de los pacientes con VIH, sus cambios vitales y los nuevos enfoques que puede plantear la Farmacia fueron los ejes sobre los que se celebró el pasado martes el tercer punto de encuentro en formato webinar de la Escuela de Pacientes SEFH titulado: ‘Envejecer con VIH‘.
En el encuentro se abordaron temas clave como la fragilidad, la polifarmacia, la adherencia al tratamiento y el determinante rol del farmacéutico en mejorar la salud a través de una atención integral. En la sesión partiparon: Diego García (Educador Par de Adhara Murcia), Joaquim Roqueta (Vocal del comité ejecutivo de CESIDA y presidente de la asociación GAIS POSITIUS), Ramón Morillo (Farmacéutico hospitalario en H.U. de Valme, Sevilla) y Aguas Robustillo (Farmacéutica hospitalaria en H.U. de Valme en Sevilla y Coordinadora de AFVIH-SEFH).
Aguas Robustillo, moderadora de la sesión, destacó la existencia de diferentes realidades entre las personas que viven con VIH mayores con unas necesidades específicas y que abarcan distintas dimensiones como la esfera social, económica, psicológica o farmacoterapéutica. “Desde la Farmacia Hospitalaria vamos a hacer todo lo posible para adaptarnos a esa realidad a través de los nuevos enfoques en atención farmacéutica que estamos desarrollando“. Ramón Morillo, por su parte resaltó el papel de la FH en el envejecimiento de los pacientes que viven con infección por VIH, “es clave para ganar salud y bienestar y requiere crear un vínculo asistencial que debe ir más allá de los tratamientos dispensados en consultas".
La opinión de los pacientes
Diego García incidió en la importancia que tienen los determinantes sociales relacionados con la salud (nivel de renta, salud mental, apoyo social/familiar, acceso fácil a recursos sociosanitarios, facilidad para la movilidad, acceso a atención/ seguimiento domiciliario) en el envejecimiento saludable con VIH o cualquier otra enfermedad crónica que exija cuidados. “La situación actual de muchas personas que envejecen con VIH con rentas exiguas y un sistema de salud que no facilita la atención a personas con dificultades hace que haya grandes disparidades en cómo se envejece con VIH y en los resultados en salud“, declaró.
Por su parte, Joaquim Roqueta, explicó que envejecer con el VIH plantea, todavía a día de hoy, bastantes desafíos, "han mejorado la expectativa y calidad de vida de las personas que vivimos con el VIH. El aumento de la población envejecida con VIH plantea condiciones crónicas relacionadas con la edad debido al envejecimiento acelerado cardiopatías, diabetes, hipertensión y efectos secundarios del tratamiento a largo plazo ya que los TAR pueden contribuir al daño hepático, metabólico y cardiovascular”.
“En España, aproximadamente un 55% de las personas con VIH tenemos más de 50 años -continuó Roqueta-. También influye el Estigma social y pueden producir el aislamiento. Aunque los regímenes de TAR actuales son más fáciles de tolerar y menos tóxicos que los de generaciones anteriores y han mejorado significativamente la adherencia”.