El crecimiento en la población y el envejecimiento están detrás de la tendencia; la tasa de mortalidad de hecho está disminuyendo
JUEVES, 2 de abril de 2015 (HealthDay News) -- A pesar de los avances de la medicina, un nuevo estudio muestra que más personas están muriendo a causa de enfermedades cardiacas y ataques cerebrales a nivel mundial que hace un cuarto de siglo debido a que la población mundial está creciendo y envejeciendo.
La buena noticia es que la tasa de mortalidad -- el número de muertes con respecto al tamaño de la población -- cayó en casi todas las regiones del mundo.
La disminución en la tasa de mortalidad es un reflejo de una mejor alimentación, menos tabaquismo y mejoras en la medicina, señaló el Dr. Simon Capewell, profesor de epidemiología clínica en la Universidad de Liverpool en Inglaterra.
Sin embargo, los números siguen siendo demasiado altos, según Capewell, quien no participó en el estudio.
"Muchas de estas muertes son prematuras, lo que quiere decir que están matando a gente menor de 75 años de edad", indicó Capewell. "Noventa por ciento de estas muertes prematuras pueden ser prevenidas y evitadas a través de dietas saludables y cero tabaquismo".
En el estudio, un grupo de investigadores encabezado por el Dr. Gregory Roth, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud en la Universidad de Washington en Seattle, examinó datos de un análisis mundial de estadísticas de enfermedades de 188 países realizado en 2013. El grupo se concentró en el número de muertes cardíacas y tasas de mortalidad entre 1990 y 2013.
En 1990, 12.3 millones de personas murieron a nivel mundial por enfermedades cardiacas, una categoría cuya definición incluye afecciones como los ataques del corazón, los ataques cerebrales, la cardiopatía reumática y los aneurismas de la aorta, entre otros. El número aumentó a 17.3 millones en 2013, un incremento del 40 por ciento.
El estudio indica que el incremento se debe en gran parte al envejecimiento de la población mundial, si bien el crecimiento de la población es otro factor importante. El número de fallecimiento únicamente disminuyó en Europa Occidental y Europa Central, según hallaron los investigadores.
Las tasas de mortalidad cuentan una historia distinta. Los investigadores indicaron que las tasas de mortalidad por edad cayeron en un 39 por ciento a nivel mundial.
"Las cosas están mejorando", dijo el Dr. Anthony Kim, director médico del Centro de Ataques Cerebrales de UCSF en la Universidad de California, San Francisco. "Las enfermedades cardiacas son la principal causa de muerte en los Estados Unidos, por ejemplo, pero los ataques cerebrales bajaron del número tres al número cuatro hace algunos años y recientemente cayeron al número cinco. Sin embargo, serán necesarios más avances en prevención y tratamiento para reducir el número absoluto de muertes por causas cardiovasculares y por ataques cerebrales de cara al futuro".
El estudio también halló que los países que generaron riqueza a lo largo de los últimos 25 años no necesariamente presenciaron una mejora en cuanto al riesgo de morir por enfermedades cardiacas. En otras palabras, el dinero no siempre significa mejor salud.
"Esto tiene sentido", dijo Capewell, puesto que las personas en los países más ricos sigue teniendo malos hábitos de salud. "Las dietas en los Estados Unidos y Europa siguen siendo terribles: comida chatarra, carne y grasas animales, sodio y azúcar escondidos en la comida chatarra, océanos de bebidas azucaradas que se consumen todos los años", añadió.
Kim señaló a China para remarcar su punto, pues ahí tasas más altas de presión arterial, obesidad y diabetes han llegado junto con el aumento en la riqueza. "La combinación de estas tendencias desfavorables y los efectos del envejecimiento y el crecimiento de la población podrían llevar a que la carga de las enfermedades cardiovasculares se duplique para el 2030," dijo.
Entonces, ¿qué sigue? Según Kim es importante analizar las regiones dentro de los países en lugar de solo ver las naciones en conjunto. Gracias a la urbanización, dijo, dos ciudades grandes en distintos países pueden ser más similares en términos de enfermedades cardiacas que una ciudad urbana y una zona rural dentro del mismo país.
"En los Estados Unidos, por ejemplo, ha habido una disparidad persistente en la carga de las enfermedades cardiovasculares en el sudeste del país, a pesar de descensos dramáticos en las tasas de mortalidad ajustadas a la edad a lo largo del tiempo", explicó Kim.
Capewell solicitó acciones gubernamentales para apoyar las opciones de comida saludable, el fin del tabaquismo y un mínimo de comida chatarra y refrescos. En los Estados Unidos en particular, señaló, el país ha hecho un "gran trabajo" con el control del tabaco y "ahora necesita aplicar las mismas lecciones a la comida: control de azúcar, sodio y grasas animales saturadas".
El estudio se publicó en el número del 2 de abril del New England Journal of Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Simon Capewell, M.D., D.Sc., profesor de epidemiología clínica en la Universidad de Liverpool en el Reino Unido; Anthony Kim, M.D., profesor asistente de neurología y director médico del Centro de Ataques Cerebrales de UCSF en la Universidad de California, San Francisco; New England Journal of Medicine, 2 de abril de 2015