MIÉRCOLES, 1 de julio de 2015 (HealthDay News) -- Un creciente número de estadounidenses les están haciendo caso a las advertencias sobre el aumento en los riesgos de cáncer y se están negando a broncearse bajo techo, sugiere un nuevo análisis del gobierno.
El porcentaje de adultos que frecuentaban salones de bronceado bajo techo se redujo del 5.5 por ciento en 2010 a poco más del 4 por ciento en 2013, según los resultados de la Encuesta nacional de entrevista de salud, una encuesta de más de 59,000 adultos.
"Aproximadamente dos millones menos de adultos se broncean bajo techo, algo que sin duda es alentador, dados los riesgos para la salud asociados", anotó el autor del estudio, Gery Guy Jr., economista de la salud de la división de prevención y control del cáncer de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"La mala noticia es que, incluso con esta reducción, sigue habiendo unos 10 millones de adultos que continúan bronceándose en interiores, lo que indica claramente que se necesitan más esfuerzos para que se capte el mensaje de que el bronceado bajo techo no es seguro", añadió Guy.
Los hallazgos se describen en una carta de investigación publicada en la edición en línea del 1 de julio de la revista JAMA Dermatology.
Los declives encajan con los esfuerzos mundiales por llamar la atención sobre los riesgos del bronceado bajo techo. Las personas que se broncean bajo techo tienen alrededor de un 74 por ciento más de probabilidades de contraer melanoma, el tipo más letal de cáncer de piel, en comparación con las que no lo hacen, según la Skin Cancer Foundation.
Los encuestadores definieron el bronceado bajo techo como el uso de una lámpara de sol, una cama de sol o una cámara de bronceado.
Aunque se calcula que 7.8 millones de mujeres y 1.9 millones de hombres visitaron salones de bronceado en 2013, esas cifras reflejan unas amplias tendencias a la baja desde 2010.
En ese periodo, el bronceado bajo techo se redujo de poco más del 11 por ciento a más del 8 por ciento entre las personas de 18 a 29 años de edad, el grupo con más probabilidades de acudir a un salón de bronceado.
Entre las mujeres, el bronceado bajo techo se redujo del 8.6 al 6.5 por ciento en ese periodo. Entre los hombres, pasó de poco más del 2 al 1.7 por ciento.
Entre las mujeres que sí se broncean bajo techo, la encuesta encontró un declive constante en la frecuencia con que lo hacían.
Por ejemplo, la frecuencia del bronceado en interiores se redujo en un 45 por ciento entre las mujeres graduadas de la universidad, y en un 28 por ciento entre las que tenían a partir de 50 años, el grupo encuestado de más edad.
Pero entre los hombres, los encuestadores observaron un aumento del 177 por ciento en la frecuencia del bronceado en los de 40 a 49 años, y un aumento del 71 por ciento entre los que tenían a partir de 50. Entre los hombres que habían sobrevivido a un cáncer, el bronceado bajo techo se redujo en un 45 por ciento.
El equipo de los CDC sugirió que varias variables podrían estar impulsando el descenso en las cifras.
"Creo que se trata de varias cosas", dijo Guy. "Una mayor concienciación de que la Organización Mundial de la Salud ha categorizado a los aparatos de bronceado bajo techo como carcinógenos, y de que aumentan de forma específica el riesgo de cáncer de piel. También, aunque las nuevas leyes sobre las restricciones de edad que evitan que los menores de edad se bronceen bajo techo quizá no afecten a los adultos de forma directa, podrían aumentar la concienciación del público general. Y en 2010 se aplicó un impuesto federal del 10 por ciento sobre el bronceado bajo techo en todo el país. Es probable que eso también ayude".
Pero los investigadores anotaron que su estudio no determina que esos factores causaran que las tasas de bronceado bajo techo descendieran.
Ashani Weeraratna, profesora asociada del programa de metástasis tumoral y microambiente del Centro de Investigación sobre el Melanoma del Instituto Wistar, en Filadelfia, describió la tendencia como "un inmenso impulso para los que trabajamos en la investigación sobre el melanoma, porque nos dice que nuestro mensaje está comenzando a llegar a la gente".
"Se trata de una inmensa cantidad de personas que ya no se broncean bajo techo", anotó. "Y es una noticia muy alentadora. Porque en general, lo que estamos intentando lograr con el bronceado bajo techo es muy parecido a lo que intentamos lograr con el tabaquismo. Deseamos que se difunda la información sobre lo peligroso que resulta".
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Gery Guy Jr., Ph.D, MPH, health economist, division of cancer prevention and control, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta; Ashani Weeraratna, Ph.D., associate professor, tumor metastasis and micro-environment program, Melanoma Research Center, Wistar Institute, Philadelphia; July 1, 2015, JAMA Dermatology, online