Una tesis muestra el potencial de la farmacia en deshabituación tabáquica

El Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Guipuzcoa ha informado de una investigación realizada por Juan Uriarte García-Borreguero, doctor de la UPV/EHU, ha llevado a cabo una investigación, desarrollada en el marco de la tesis titulada ‘Influencia de la farmacia comunitaria en la mejora al tratamiento con vareniclina’, sobre el impacto de la intervención farmacéutica en la salud comunitaria, concretamente, por su contribución a la deshabituación tabáquica. Mediante este trabajo, Uriarte habría abordado este problema desde el punto de vista de los tratamientos farmacológicos aplicados en las oficinas de farmacia, específicamente a través del uso de la vareniclina (medicamento para dejar de fumar) y analizando los posibles beneficios de la metología 'Ezerre' que él mismo ha diseñado.  

En el estudio participaron 28 farmacias y 71 personas que habían decidido dejar de fumar. Se dividió en dos grupos, de forma aleatoria a las personas que iniciaron los tratamientos: uno de control (34 personas) y otro de intervención (37 personas). A las farmacias se les dotó con un material básico (cinco cuestionarios sobre datos generales, motivación, calidad de vida y dependencia a la nicotina) y 14 del grupo de intervención dispusieron de una serie de documentos específicos utilizados durante las 52 semanas en las que se aplicó el programa 'Ezerre'.

Además de los cinco modelos de entrevistas realizadas al inicio, a la semana, al mes, a los y a los 12 meses, las farmacias hicieron un seguimiento y control de las personas que comenzaron el tratamiento, ayudándoles en el proceso de deshabituación. Además, dispusieron de una guía que unifica los consejos para dejar de fumar, un glosario de medidas de educación sanitaria para contrarrestar posibles reacciones adversas a la vareniclina y un conjunto de medidas conductuales para afianzar la deshabituación psicológica.

Gracias a la aplicación de 'Ezerre', el 32,43% de las personas que iniciaron tratamiento se mantuvo con él, un porcentaje de adherencia superior a la alcanzada con programas de intervención anteriores, con 52 semanas duración, que consiguieron afianzar sólo al 22% de los pacientes. De hecho, en el grupo de control se observó una tasa de abandono mucho más alta. Al cabo de un año, sólo un 8,82% de los pacientes seguía sin fumar. Es decir, la tasa de éxito sería cuatro veces mayor entre las personas del grupo que fue atendido por las farmacias que disponían del paquete de herramientas diseñadas en el marco del programa 'Ezerre'.

A juicio del investigador, “la farmacia es un recurso poco explotado para el desarrollo de programas de salud pública y puede constituir un instrumento útil para controlar y mejorar la continuidad de los tratamientos a largo plazo, sobre todo en el caso de enfermedades crónicas. En los países desarrollados la adherencia a estos tratamientos está por debajo del 50%, mientras que en los países en vía de desarrollo, las tasas aún son menores. Por lo tanto nos encontramos con un problema mundial de alarmante magnitud".