El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), a través de la vocalía nacional de alimentación, expone de forma divulgativa de cara a la ciudadanía los factores a favor y en contra del nuevo sistema de etiquetado nutricional Nutriscore.
Esta entidad ha elaborado una infografía sobre ese sistema de etiquetado en la que recoge en qué consiste y cómo funciona. El objetivo de esta iniciativa, tal y como explica Aquilino García, vocal nacional de Alimentación del Consejo General, es ofrecer contenidos rigurosos de una forma muy visual y divulgativa “acerca de un tema que está generando mucha controversia”.
“Este sistema de etiquetado nutricional, es una medida más, que debe ir integrada en toda una serie de estrategias de promoción de la salud, estrategias tanto informativas y formativas como facilitadoras de entornos saludables y sostenibles”, afirma Aquilino García, quien aprovecha para recordar que una alimentación saludable y sostenible debe basarse en el consumo prioritario de alimentos frescos o mínimamente procesados, estacionales y de proximidad, evitando en la medida de lo posible los alimentos envasados y pareciéndose lo más posible a nuestra dieta mediterránea.
Entre los argumentos a favor de este sistema nutricional destaca que está desarrollado y elegido sobre bases científicas que demuestran su efectividad y su superioridad respecto a otros sistemas. Además, la selección de alimentos según esta escala se ha asociado con un menor riesgo de enfermedades crónicas y menor mortalidad; y permite a los consumidores realizar una compra saludable en base a una opinión razonada.
Por el contrario, entre las críticas a este sistema se encuentra que no permite dar respuesta a los graves problemas nutricionales de la sociedad moderna; que silencia el consumo desorbitado de alimentos ultraprocesados y la adaptación hacia una dieta sostenible y respetuosa con el planeta; y que no es un sistema fácilmente comprensible, neutral, ni adaptado a los hábitos alimentarios de la población.
Para Aquilino García, es reseñable también que desde el propio Ministerio de Consumo se esté abierto a adaptaciones en la puntuación o incluso a excluir del sistema, alimentos básicos en nuestra dieta mediterránea y que tengan otras propiedades saludables no reflejadas en Nutriscore, como es el caso del aceite de oliva virgen.