La compañía tecnológica Radar Healthcare ha dado a conocer las reflexiones de sus expertos sobre la posibilidad de recurrir a drones para la distribución de medicamentos. No creen que sea una opción en un futuro inmediato, ni mucho menos, pero le otorgan ciertas ventajas, como la rapidez en el acceso a zonas remotas y el menor impacto medioambiental.
Las reflexiones tienen su origen en los problemas detectados, de forma específica, en Reino Unido: falta de conductores, puntos conflictivos en cuanto a fluidez del tráfico y emisiones de CO2 y precio de los combustibles.
Como ventajas, señalan la velocidad a la cual pueden desplazarse los drones. Aunque no son particularmente veloces, evitar el tráfico y las incidencias de las carreteras dota a estos dispositivos de gran rapidez. Como, además, los hay de diferentes velocidades, podrían adaptarse a las circunstancias, como sería el caso de necesidad urgente de productos médicos.
Los drones suelen ir equipados con navegadores e información que mejoran la precisión de la entrega.
Asuntos “por resolver”
A largo plazo, se considera seguro este tipo de distribución porque los drones encuentran menos obstáculos, pero hay aún muchos aspectos que mejorar para que sea una opción viable.
Uno de ellos es que, al llevar cámaras, los drones pueden incurrir en violaciones del derecho a la privacidad. Por otra parte, al tratarse de tecnología relativamente nueva, tiene un coste elevado, y también está en riesgo de robo, porque hablamos de dispositivos valiosos. Las limitaciones de batería (lo normal es que no pasen de 20 minutos de autonomía) son otro escollo considerable.
En el balance de estos expertos, hay tantas ventajas como inconvenientes en recurrir a los drones para distribuir medicamentos pero, en cualquier caso, aún hay mucho trabajo por hacer para poder considerar esta opción.
Nicolas Gonzalez Casares: