Nuevas fórmulas de pago, replanteamiento del esquema habitual para el lanzamiento de terapias innovadoras y abordar cuestiones como las patentes son algunas de las sugerencias a las que han dado voz los expertos convocados en la Cumbre Internacional de Trasplantes organizada por la ONT en Santander.
Martin Börgel, máximo responsable de la Sociedad Alemana de Trasplante de Tejidos, ha dedicado su intervención en este foro a la sostenibilidad y el acceso a la innovación. Entre sus aportaciones, el experto ha cuestionado la “habitual fórmula” que consiste en hacer de los investigadores principales de nuevas terapias directores ejecutivos de empresas ‘spin-off’ para el lanzamiento de esos avances.
Para Börgel es un error “llevárselos del lugar en el cual desarrollan su mejor trabajo, el departamento de investigación”. “Sabemos que a los inversores les gusta que un líder en investigación sea el jefe de las compañías que despuntan, pero no es esa función en la cual aprovechamos su valía”, ha añadido.
Aunque descartaba cualquier connotación negativa sobre la noción de “lanzamiento comercial”, sencillamente descartaba que ese sea el lugar ideal para estos perfiles profesionales.
Beneficios que no son dólares ni euros
El ponente invitaba a mantener una conversación sobre varios elementos del actual sistema reconsiderando conceptos como patente y beneficio “más allá de dólares o euros” (servicios, bienes…) en beneficio de la sostenibilidad.
El sistema de trasplantes, visto como mercado, se caracteriza por una elevada demanda y escasez de producto (órganos), “pero hemos conseguido un esquema en el cual los precios no se disparan”.
“Algo estamos haciendo mal en el campo de las terapias avanzadas si, cuando el producto no está limitado, no encontramos el modo de hacerlo sostenible”, añadía.
Recomendaciones en el área de trasplantes
La cumbre de Santander ha servido para elaborar recomendaciones dirigidas a las autoridades, reconociendo el papel de otros actores, que se presentarán bajo el título ‘Declaración de Santander’.
En esa hoja de ruta se insta a reconocer el trasplante en la agenda política, mejorar la resiliencia de los programas frente a crisis (sanitarias y de otra índole), extender la donación en asistolia, reforzar la protección del donante vivo, confirmar de nuevo el principio de ausencia de remuneración del donante (pero evitando que sufra pérdidas relacionadas con el proceso), impulsar la creación de registros de donación y trasplante, renovar esfuerzos en la lucha contra el tráfico de órganos y el turismo de trasplante y desarrollar modelos de innovación que faciliten la llegada de las terapias innovadoras basadas en sustancias de origen humano (SoHO).
