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75.000 personas recibieron prescripción farmacológica en Cataluña para dejar de fumar

La Consejería asegura que aumenta el número de personas en favor de prohibir el consumo de tabaco en playas, terrazas de hostelería y otros espacios públicos
Nicotine chewing gum in blister pack on blurred background of cigarette pack. Medicine for giving up smoking. World no tobacco day concept.

Tras la incorporación, en febrero de 2023, la cartera de prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud del tratamiento farmacológico del tabaquismo, citisina ha hecho posible que 75.143 personas iniciaran este tratamiento farmacológico para dejar de fumar con financiación pública entre febrero y diciembre de 2023. Así lo asegura la consejería de Sanidad de Cataluña, que este viernes, con motivo de la celebración del Día Mundial del Tabaco ha hecho públicos algunos datos sobre la cesación tabáquica en esta comunidad autónoma.

La Agencia de Salud Pública de Cataluña asegura que el 59,0% de las personas que fuman han recibido consejo y/o ayuda para dejar de fumar (57,0% de los hombres y 61,7% de las mujeres) y durante 2023 dejaron de fumar 61.100 personas atendidas por los equipos de atención primaria. Además, otros 24.506 fumadores siguieron tratamiento de cese en los centros integrados en la XCHSF.

La Agencia de Salud Pública de Cataluña facilita el acceso gratuito al tratamiento farmacológico para dejar de fumar a personas de colectivos con especiales necesidades, como las que padecen trastornos mentales y enfermedades crónicas, las que residen en barrios de bajo nivel socioeconómico o mujeres embarazadas. En 2023 se distribuyeron de forma gratuita 310 tratamientos completos.

Los datos que publica el Comisionado para el Mercado de Tabacos muestran que las ventas de cigarrillos en Cataluña, que experimentaron una fuerte reducción en 2020 en el marco de la pandemia de Covid-19, volvió a aumentar en los dos años siguientes. En 2023, las ventas de cigarrillos convencionales y otros productos del tabaco en Cataluña disminuyeron ligeramente en relación al año anterior.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA), en 2023 continuaba fumando el 22,6% de la población de 15 años y más (25,5% de los hombres y 19,8% de mujeres) y el 7,5% de las personas declaraba estar expuesta al humo ambiental del tabaco en el hogar (6,5% de los hombres no fumadores y 8,4% de las mujeres no fumadoras). El consumo de tabaco es superior entre las personas menores de 65 años y entre aquéllas con estudios secundarios. La prevalencia del tabaquismo mantuvo una tendencia continuada a disminuir en el período 1994-2017, y se ha mantenido bastante estable -con fluctuaciones anuales no significativas- a partir de 2018, de forma que el número de personas fumadoras en Cataluña se sitúa en alrededor de 1,5 millones.

El consumo de cigarrillos electrónicos se mantiene a niveles relativamente bajos entre la población general, pero muchas personas han experimentado con el uso de estos productos y su utilización en la adolescencia es un motivo de preocupación. De acuerdo con la ESCA, un 1,4% de la población de 15 años o más declaraba estar utilizando cigarrillos electrónicos en 2023 (1,2% de los hombres y 1,5% de las mujeres), pero un 11 ,8% las había utilizado regularmente o las había probado anteriormente (13,5% de los hombres y 10,0% de las mujeres). El consumo actual y la experimentación previa con cigarrillos electrónicos son mucho más frecuentes en el grupo de 14 a 44 años en comparación con el resto de grupos de edad, y un 76,3% de las personas que utilizan o han utilizado cigarrillos electrónicos han optado por presentaciones con nicotina.

En 2023, la encuesta ESTUDES, dirigida a escolares de 14 a 18 años puso de manifiesto que un 52,3% de los participantes había consumido cigarrillos electrónicos alguna vez en la vida (50,9% de los chicos y 53,7 % de las chicas), el 44,0%, en los doce meses anteriores (43,1% de los chicos y 44,9% de las chicas); y el 24,8%, en los últimos treinta días (23,9%) % de los chicos y 25,6% de las chicas). Estas cifras ponen de manifiesto que se mantienen unos niveles elevados de experimentación con el consumo de cigarrillos electrónicos, por encima del doble de lo registrado hasta 2016 cuando el consumo alguna vez en la vida se estimó en un ya elevado 22, 6%.

Aunque la venta y suministro a menores de 18 años de cigarrillos electrónicos, tanto si contienen nicotina como si no la tienen, está prohibida, el hecho de que se mantengan estos niveles de consumo tan elevados entre la población adolescente y joven son motivo de preocupación para el Departamento de Salud, ya que los aerosoles de estos productos contienen sustancias con efectos perjudiciales para la salud y porque varios estudios han demostrado que la experimentación con cigarrillos electrónicos incrementa sensiblemente el riesgo de iniciarse en el consumo regular de productos del tabaco convencionales. Por este motivo, ya desde hace años se han hecho materiales dirigidos a jóvenes alertando de los peligros de su consumo y se ha trabajado al respecto en el programa 'Clase sin humo'.

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