El Ministerio de Sanidad ha remitido para su consulta pública previa el anteproyecto de Ley para la modificación de la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco. Esta norma regulará la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de productos del tabaco. El plazo para la presentación de propuestas o valoraciones concluye el próximo 15 de agosto.
La norma, ya comprometida por la ministra de Sanidad para ver la luz a finales de este verano, viene motivada, según explica Sanidad, por la confluencia de tres factores. En primer lugar la falta de adecuación de la normativa actual a la mayor oferta de nuevos productos relacionados presentes en el mercado; el aumento de la exposición a la publicidad, promoción y patrocinio de los productos del tabaco y relacionados y finalmente a las carencias en la regulación de los cigarrillos electrónicos sin nicotina y de los productos a base de hierbas para fumar.
El proyecto está en línea con el documento “Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027”, aprobado en el Consejo de Ministros de 30 de abril de 2024, y supone la puesta en marcha efectiva de dos de sus principales medidas: “Prevenir el inicio de consumo de tabaco y productos relacionados”; y “Reducir la exposición ambiental a las emisiones de tabaco y productos relacionados en espacios públicos y privados y reducir la huella ecológica”.
Por último, mediante la presente modificación, se pretende responder a las demandas expresadas tanto por las sociedades científicas como por las entidades civiles relacionadas con la materia, a fin de contribuir, en último término, a la mejora de la salud de la ciudadanía y reducir el riesgo de puerta de entrada en el consumo de nicotina que suponen los productos relacionados, especialmente para el sector de la población joven en línea con las estrategias de ‘Generaciones libres de tabaco’ planteadas actualmente en el ámbito internacional.
La norma incluye regulación en varios aspectos. En primer lugar la promoción de espacios saludables y sin humo en ambientes comunitarios y sociales; las mejoras en el régimen la publicidad, promoción y patrocinio de los productos del tabaco y relacionados y las restricciones en el régimen de venta y consumo de los cigarrillos electrónicos con o sin nicotina y productos a base de hierbas para fumar.
Por otro lado, la norma pretende también ofrecer una mayor claridad, uniformidad y seguridad jurídica a nivel nacional ante los recientes desarrollos del mercado de productos de tabaco y productos relacionados.
Tabaquismo y farmacia
La farmacia española aspira a ser protagonista, no solamente en esta norma, sino en todos los planes del Ministerio de Sanidad vinculados a la deshabituación tabáquica. Dentro del Plan integral de prevención y control del tabaquismo, recientemente aprobado del Ministerio de Sanidad incorpora la farmacia comunitaria como “recurso relevante en la cesación tabáquica ya que puede detectar personas fumadoras y efectuar consejo, así como iniciar tratamientos en caso de no estar sujetos a prescripción médica y favorecer la adherencia a los fármacos dispensados para la cesación y evaluados por los organismos competentes.”
Igualmente, el presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar calificaba de “buena noticia”, el acuerdo en el que trabajan el CGCOF y el Ministerio de Sanidad para dar entrada a los farmacéuticos comunitarios al curso Abordaje del tabaquismo desde Atención Primaria; plan formativo dirigido a la capacitación de los profesionales sanitarios dentro del marco de capacitación de la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud.
Aguilar aseguraba que “la lucha contra el tabaco es una de las formas más eficaces de contribuir a reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles y en esta tarea el farmacéutico desarrolla una labor fundamental, contribuyendo a mejorar la salud de los ciudadanos y reduciendo los importantes costes que genera al sistema sanitario”.
En la actualidad, hasta en ocho comunidades autónomas la participación activa de los farmacéuticos comunitarios está permitiendo a miles de ciudadanos incorporarse a programas para el abandono del tabaco. Así, Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla León, Cataluña, Navarra, País Vasco y Valencia disponen, según explica el CGCOF, de diversos programas para promover la cesación tabáquica desde las farmacias, iniciativas que se suman a las puestas en marcha en el resto de comunidades autónomas desde las instituciones colegiales.
Demanda de fármacos
La participación de la farmacia en los planes de cesación tabáquica viene pareja a la demanda acumulada de medicamentos antitabaco que se están registrando en las farmacias comunitarias. El volumen de ventas en unidades ha aumentado un 54,5% con respecto a 2023, según los datos del Observatorio de Tendencias de Cofares. Según explican desde la cooperativa, “este patrón consolida el notable auge detectado desde enero de 2023, coincidiendo con la aprobación de la financiación de nuevos fármacos para dejar de fumar dentro del Sistema Nacional de Salud”.
Actualmente existen tres fármacos financiados por el SNS para la deshabituación tabáquica. La vareniclina ha sido, el pasado mes de junio, el último de los medicamentos en incorporarse, o más bien retornar, a esta lista de productos financiados.
Los otros dos son el todacitán y el recigarum, cuyo principio activo es la citisina o citisiniclina, un alcaloide vegetal cuya estructura química es similar a la de la nicotina. Los tres se presentan en forma de comprimidos para administrarlos por vía oral. En el caso de la vareniclina, no contiene nicotina y los expertos apuntan a que puede ser una opción especialmente buena para las personas que anteriormente han intentado sin éxito utilizar otros medicamentos para dejar de fumar.