Terapéutica

La farmacia de AP en el diseño de estrategias para responder al reto de la multimorbilidad

La polimedicación, es un elemento clave: “En personas frágiles, con complejidad clínica, varias patologías crónicas o edades muy avanzadas es fundamental realizar una revisión de la medicación centrada en la persona y alinear los objetivos terapéuticos con los objetivos asistenciales”, aseguran los expertos reunidos en el congreso de SEFAP
Noemí Villén, durante su intervención en el congreso.

 “La atención a los pacientes con multimorbilidad supone un reto para los profesionales sanitarios que, con frecuencia, se ven limitados por la falta de tiempo y de recursos para la gestión de estos pacientes”. Así lo ha asegurado Noemí Villén Romero, farmacéutica de atención primaria en Barcelona, durante su participación en la mesa de debate ‘Abordaje de la complejidad clínica’, enmarcada en el programa del 27º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), que se reúne estos días en el Palau de Congressos de Girona. Según ha explicado, estos pacientes “requerirían de una atención compleja e individualizada, así como por la atención fraccionada y la aplicación de múltiples guías clínicas centradas en una patología y no en el paciente con multimorbilidad”.

Entre los retos asistenciales a estos pacientes se situaría en un puesto destacado la polimedicación. Una revisión y metaanálisis publicado en 2022 estimaba la prevalencia de polimedicación en un 37% en la población global y un 45% en personas con edad superior a 64 años. Una prevalencia que con toda seguridad será mayor en personas con multimorbilidad.

“La polimedicación es a menudo la consecuencia del tratamiento de múltiples enfermedades crónicas, por eso está íntimamente relacionada con la multimorbilidad”, ha sostenido Noemí Villén Romero, que ha destacado que en personas frágiles, con complejidad clínica, varias patologías crónicas o edades muy avanzadas “es fundamental realizar una revisión de la medicación centrada en la persona y alinear la intensidad terapéutica con los objetivos asistenciales acordados con el paciente” con el fin de evitar la inercia terapéutica y retirar fármacos que dejan de ser necesarios o que se prescriben para enfermedades que no dan síntomas y que, por tanto, tienen una baja probabilidad de beneficio.

En ese mismo sentido, la farmacéutica de atención primaria ha recordado que los cambios del envejecimiento sobre la farmacocinética (efectos del organismo en el fármaco) y farmacodinámica (efectos del fármaco en el organismo) en pacientes que presentan multimorbilidad y polimedicación “también ponen a las personas de edad avanzada en una situación vulnerable de presentar más eventos adversos a la medicación, implicando problemas de seguridad en la población, carga asistencial y costes sanitarios relevantes”.

Mejorar la atención

Durante su ponencia, Noemí Villén ha recalcado la importancia de la implantación de estrategias que conduzcan a “una atención sanitaria y social más personalizada” que mejore los resultados en salud de la población con elevado riesgo de morbi-mortalidad y de problemas de seguridad con los medicamentos. El primer paso en ese sentido, según la experta, pasa por conocer cómo se interrelacionan las enfermedades y la medicación, y cómo evoluciona esa interrelación en el tiempo.

“Esto ayudaría al diseño de herramientas que identifiquen a determinadas personas y sus características y ayuden en la toma de decisiones”, ha explicado.

La farmacéutica de atención primaria también ha destacado la importancia de la toma de conciencia sobre este problema de salud pública a todos los niveles. “Acciones como fomentar las actividades formativas en el abordaje de pacientes complejos, disponer de guías de actuación que aborden al paciente con multimorbilidad y no sus enfermedades de forma aislada, o mejorar la coordinación entre los distintos niveles asistenciales para garantizar una óptima continuidad asistencial, pueden ser iniciativas que contribuyan a una mejor gestión de los pacientes”, ha subrayado Villén, que considera “básico” que los sistemas sanitarios y gobiernos “pongan el foco” en las personas con multimorbilidad y empiecen a diseñar estrategias para que el sistema sanitario pueda responder al incremento sustancial del número de personas con multimorbilidad que se espera en los próximos años.

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