Un estudio del centro de análisis económicos y sociales, Funcas asegura que entre 2020 y 2024 el porcentaje de personas que se declaraban muy o bastante satisfechas con la asistencia sanitaria que presta el Sistema Nacional de Salud ha descendido un 20%. El trabajo de Funcas se basa en un análisis de las encuestas de satisfacción sobre el SNS realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Según explica el estudio, “si la preocupación personal por la sanidad se ha mantenido alta, el cambio más acusado se observa en la valoración del sistema sanitario público”. Según los datos de las encuestas de Opinión Pública y Política Fiscal, entre 2020 y 2024 el porcentaje de personas que se declaraban muy o bastante satisfechas con la asistencia sanitaria pública “disminuyó del 67% al 46%, siendo la caída más pronunciada de los distintos servicios públicos evaluados”.
Al mismo tiempo, indica Funcas, los datos de la encuesta del CIS sobre Actitudes hacia el Estado de Bienestar de noviembre de 2024 “revelan que una mayoría abrumadora de la población cree que la sanidad debería recibir más recuros”. Es, de hecho, el servicio público para el que existe una opinión más uniforme; el 93% piensa en ese sentido, frente al 83% que lo declara sobre la educación, o el 73% en el caso de las pensiones.
El trabajo de Funcas, ‘De lo colectivo a lo personal: la preocupación por la sanidad tras la pandemia’ indica que la población española demostró en 2020 una notable confianza en el sistema sanitario: según datos de la Encuesta Funcas sobre el Coronavirus, en la semana previa a la declaración del estado de alarma alrededor de ocho de cada diez entrevistados aseguraban que la sanidad española estaba mejor o igual preparada que la de otros países del entorno para hacer frente a la crisis. “Tras cinco años, cabe preguntarse si las circunstancias excepcionales que se vivieron entonces han dejado alguna huella en la preocupación por la sanidad y la valoración que la sociedad española hace ella”, asegura el estudio.
En marzo de 2025, un 12% de los españoles entrevistados por el CIS señalan espontáneamente la sanidad como uno de los tres principales problemas de España. Sin embargo, preguntados por los problemas sociales que les afectan de forma personal, la cifra asciende al 21%. Se trata, de hecho, del tercer problema personal más citado, solo por detrás de los problemas de índole económica (31%) y la vivienda (22%).
La evolución de este indicador ofrece, según el estudio “algunas pistas sobre los potenciales efectos a largo plazo de la pandemia en la percepción social del sistema sanitario”.
En 2019, el 15% de los entrevistados mencionaban la sanidad como uno de los tres principales problemas de España, una cifra muy cercana al 16% de entrevistados que la citaban entre los problemas que les afectaban personalmente. “La cercanía entre las dos cifras se mantuvo hasta el primer trimestre de 2022, incluso cuando a mediados de 2021 los dos indicadores aumentaron notablemente, reflejando una creciente centralidad de la sanidad entre las preocupaciones colectivas e individuales”.
A partir de mediados de 2022, las menciones a la sanidad como uno de los tres principales problemas del país “comenzaron a descender, mientras que las que lo identifican como un problema personal se mantuvieron más estables y en niveles relativamente altos durante ese año, lo que condujo a una separación de las series”. De hecho, aunque también experimentaron cierto descenso a partir de 2023, en marzo de 2025 aún más del 20% de los entrevistados señala la sanidad como uno de los problemas sociales que les afecta personalmente, “una cifra muy superior a la media del 16% de 2019. Esta divergencia entre la evolución de las dos series —problemas del país y problemas personales— sugiere que la experiencia cotidiana con el sistema sanitario sigue siendo una fuente importante de preocupación individual”.
En todo caso, se observan diferencias significativas según algunas variables sociodemográficas. En marzo de 2025 las mujeres mencionan la sanidad con mayor frecuencia que los hombres: un 26% frente a un 16%, lo que apunta a una percepción más intensa de los problemas vinculados al cuidado y la atención médica. También se identifica un patrón claro según la edad: las personas entre 45 y 64 años, que suelen estar implicadas simultáneamente en el cuidado de generaciones mayores y en el seguimiento de su propia salud, son quienes con mayor frecuencia mencionan la sanidad como un problema que les afecta, incluso más que quienes ya han superado la edad de jubilación. En cuanto a la autoubicación ideológica, la preocupación por la sanidad es mayor entre quienes se sitúan en la izquierda y el centro del espectro político.