La distribuidora farmacéutica Fedefarma se ha incorporado al proyecto científico ‘Barcelona, ciudad cardioprotegida’, impulsado por la Asociación Barcelona Salud (ABS) junto a la Asociación de Farmacias de Barcelona (AFB) y aportará la financiación necesaria para la adquisición de 50 nuevos desfibriladores que se instalarán en otras tantas farmacias comunitarias de la ciudad.
El presidente de Fedeferma, Vicenç Calduch, el de la Asociación Barcelona Salud, Josep Brugada; y el de la Asociación de Farmacias de Barcelona, Antoni Torres, han acordado con la firma de un convenio la instalación de 50 nuevos desfibriladores portátiles automáticos durante el primer semestre del año, a través de ABS y gracias a la financiación de Fedefarma.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de Gobierno de España, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, así como la colaboración del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y la Fundación Brugada, tiene como objetivo convertir la capital catalana en la primera ciudad del mundo cardioprotegida, mediante la instalación de estos dispositivos en lugares públicos, con el fin de salvar la vida de personas que sufren episodios cardiacos sobrevenidos. El programa tiene la consideración de proyecto científico avalado por el Hospital Clínic de Barcelona.
Con este proyecto se trata de aprovechar la proximidad y accesibilidad de las farmacias para poner al alcance de las personas que sufren una muerte súbita un desfibrilador y conseguir salvar su vida. Este es el motivo por el que el lema elegido ha sido “La farmacia, el corazón del barrio”. La muerte súbita se produce en cualquier persona de cualquier edad, y el tiempo para actuar y salvar la vida del paciente se reduce un 10% con cada minuto que pasa. Es decir, que se disponen sólo de 10 minutos para salvar la vida de la persona, de aquí que sea imprescindible contar con un desfibrilador lo más cercano posible.
El despliegue del programa se inició en el año 2014, comenzando por las farmacias de Barcelona, a las que se añadieron la red de Metro, mercados municipales y dependencias policiales. En la Ciudad Condal, un centenar de farmacias disponen de desfibrilador, así como las de Reus y Cervera. Próximamente está prevista su implantación en otras localidades catalanas y otras regiones de España, como la Comunidad de Madrid.