La industria farmacéutica y la sanidad es una de las que registró menos ciberataques (6%) entre enero de 2021 y agosto de 2023. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Tendencias en ciberseguridad en España’ elaborado por Mastercard, en el que se analizan los ciberataques sufridos por las compañías españolas, así como los principales actores que los cometen, los métodos que emplean y los datos o activos que son objetivo del ataque.
Este informe señala que las empresas de tecnología y servicios (32%)2 son las más atacadas; seguidas de las compañías financieras, objetivo del 17% de los ataques; el sector público (13%); las empresas de comunicación y los medios (12%); y el de suministros (7%). Aquellas que sufrieron menos ciberataques fueron las empresas de retail y consumo (6%); la industria farmacéutica y sanitaria (6%); y las compañías dedicadas al turismo y el entretenimiento (6%).
De todos los ataques sufridos dentro del área sanitaria la industria de la salud, el 96% corresponde a empresas sanitarias -tanto hospitales públicos como privados, así como proveedores de servicios, equipos y tecnologías sanitarias- y el 4% restante, a compañías farmacéuticas, incluyendo las empresas biotecnológicas.
El 25% de los ciberataques registrados tiene como objetivo obtener información sanitaria de los ciudadanos, como los registros médicos de pacientes; el 14% ataca sistemas de empresas, que son aquellos softwares o dispositivos críticos para el normal funcionamiento de la actividad de la compañía u organismo; el 13% se dirige contra hardware y equipos físicos utilizados por los empleados de empresas y organizaciones; el 10%, contra documentos legales; otro 10% va dirigido contra la propiedad intelectual; el 9%, contra servicios de consumidores proporcionados por empresas u organismos; y un 7% tiene como objetivo la información financiera de los ciudadanos. El 12% se corresponde con otros datos y documentos.
El 46% de los ciberataques los cometen ‘black hat hackers’, actores que operan de manera independiente a título individual o en pequeños grupos y cuya principal motivación es el beneficio económico. Le sigue, a bastante distancia, el crimen organizado, responsable del 29%; los hackers patrocinados por estados (9%), quienes suelen estar integrados en el sistema político o militar del país; los conocidos como cyber warriors (6%), que suelen estar indirectamente controlados por una nación y cuyas motivaciones son de tipo político o ideológico, atacando generalmente los sistemas de estados; y los hacktivistas (4%), quienes, a pesar de poder tener alguna vinculación con un país, operan de manera independiente. El 6% restante es cometido por otros hackers, como ciberterroristas, espías corporativos o diferentes tipos de insiders.
En cuanto a los métodos de ataque, el informe revela que el más empleado es el ransomware (42%), un tipo de malware por el que el usuario del equipo o dispositivo infectado no puede utilizarlo con normalidad; le siguen los malware (36%), entre los que destacan los virus cuyo principal objetivo es el robo de datos e información; phising a través de email (4%). Los ataques de reconocimiento (reconnaissance), en los que se obtiene información antes de preparar un ataque, suponen el 4%; al igual que los ataques de inyección (4%), basados en la inserción de un código en un sitio web con el fin de quebrantar las medidas de seguridad y acceder a datos protegidos. Un 2% emplea ataques de denegación de servicio (DoS), cuyo objetivo principal es inutilizar alguna fuente e impedir su uso con normalidad. El resto lo completan otros métodos (8%) como inyección de SQL, ataques de credenciales o web phising.