Una investigación británica encontró que la curación era igual de eficiente, y más segura, cuando el brazo se inmovilizaba en un cabestrillo
MARTES, 10 de marzo de 2015 (HealthDay News) -- Cuando un paciente mayor se fractura la parte superior del brazo, con frecuencia la cirugía no supera a simplemente inmovilizar la extremidad, según un estudio reciente.
Los investigadores británicos aseguran que los hallazgos son importantes debido a que contradicen a una creciente tendencia a realizar cirugía en estos casos.
Un experto de EE. UU. se mostró de acuerdo. "Este estudio, que fue bien realizado, ofrece más respaldo al método no quirúrgico para la gestión de esta lesión comúnmente vista en las personas mayores en el departamento de emergencias", aseguró el Dr. Robert Glatter, médico de emergencias del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
El nuevo estudio fue liderado por el Dr. Amar Rangan, del Hospital de la Universidad de James Cook en Middlesbrough, Inglaterra. Su equipo anotó que las fracturas de la parte superior del brazo (el húmero proximal) conforman ahora entre el 5 y el 6 por ciento de todas las fracturas óseas en los adultos, y que en 2000 ocurrieron unas 706,000 fracturas de ese tipo en todo el mundo.
La mayor parte de las fracturas del húmero proximal ocurren en personas mayores de 65 años, y más o menos la mitad de las fracturas están desplazadas, lo que significa que los dos extremos del hueso están separados entre sí.
El uso de la cirugía para tratar esas fracturas está en aumento, pero una revisión reciente de resultados de ensayos clínicos encontró que no había suficientes evidencias para determinar si la cirugía es mejor para los pacientes que el tratamiento no quirúrgico.
El nuevo estudio incluyó a 231 personas con una edad promedio de 66 años que sufrieron una fractura desplazada en el brazo, cerca del hombro. Algunos de los pacientes se sometieron a cirugía para reparar la fractura, mientras que a otros se les inmovilizó el brazo en un cabestrillo.
El equipo de Rangan no halló diferencias significativas en términos del dolor, la función del brazo o la calidad de vida relacionada con la salud entre los dos grupos de pacientes a los 6, 12 ni 24 meses.
Pero el perfil de riesgo fue distinto. Entre los pacientes que se sometieron a cirugía ocurrieron diez complicaciones médicas, lo que incluyó dos problemas cardiacos, dos problemas pulmonares, dos eventos digestivos y cuatro de otro tipo, halló el estudio.
Rangan dijo que la moraleja es que "estos resultados no respaldan la tendencia hacia más cirugías para los pacientes de fracturas desplazadas en el húmero proximal".
Glatter, que también es director de medicina del deporte y lesión cerebral traumática del Lenox Hill, se mostró de acuerdo con Rangan. "Dados los riesgos potenciales de complicaciones cardiacas y respiratorias que podrían llegar a ser letales en este grupo de pacientes mayores, sin diferencias significativas en el resultado funcional tras dos años de seguimiento, los proveedores médicos deben tener una conversación en colaboración para limitar la intervención quirúrgica para esta lesión común", considera.
El Dr. Jason Gould es jefe de la División de Traumatismo Ortopédico del Hospital de la Universidad de Winthrop en Mineola, Nueva York.
Le preocupa "tomar un estudio y generalizarlo al tratamiento de una clase completa de fracturas". Pero Gould se mostró de acuerdo en que en la mayoría de los casos, a los pacientes mayores con esta fractura les irá bien sin cirugía.
Sin embargo, añadió que siempre se amerita un abordaje caso por caso. "La fractura del húmero proximal requiere tratar al paciente completo, no solo a la radiografía", dijo Gould. "Cosas como la edad, el nivel de actividad, la mano dominante, las actividades recreativas [sobre todo las que se hacen por encima de la cabeza] tienen un rol en el proceso de toma de decisiones para el tratamiento de las fracturas del húmero proximal".
El estudio aparece en la edición del 10 de marzo de la revista Journal of the American Medical Association.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Robert Glatter, M.D., emergency physician, director of sports medicine and traumatic brain injury, department of emergency medicine, Lenox Hill Hospital, New York City; Jason Gould, M.D., chief, Division of Orthopaedic Trauma, Winthrop-University Hospital, Mineola, N.Y.; Journal of the American Medical Association, news release, March 10, 2015