El Colegio Americano de Médicos desaconseja los ECG y las pruebas de esfuerzo, entre otras
MARTES, 17 de marzo de 2015 (HealthDay News) -- Muchos pacientes que tienen un riesgo bajo de problemas cardiacos no tienen por qué someterse a pruebas de detección como los ECG y las pruebas de esfuerzo, recomienda una asociación nacional de médicos de atención primaria.
Las nuevas directrices concuerdan con investigaciones que han sugerido que las pruebas se usan en exceso en pacientes que no las necesitan.
"Es poco probable que esas pruebas ayuden a los pacientes en bajo riesgo. No es probable que ofrezcan hallazgos que cambien la gestión del paciente ni que mejoren sus resultados", dijo el Dr. Roger Chou, director del Centro de Prácticas Basadas en la Evidencia del Noroeste del Pacífico de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón. Chou es el autor principal de las directrices, que fueron publicadas el lunes por el Colegio Americano de Médicos (American College of Physicians).
El tema son los electrocardiogramas (ECG o EKG), la ecocardiografía (eco) y las pruebas de imágenes de perfusión miocárdica (nucleares). Todas se pueden usar en "pruebas de esfuerzo" en que el paciente se monitoriza mientras hace ejercicio. Los ECG también se usan en pacientes que no se están moviendo.
Las nuevas recomendaciones anotaron que ninguna directriz actual de detección parece recomendar las pruebas cardiacas en los adultos con un riesgo bajo y sin síntomas. Aún así, muchos pacientes se someten a las pruebas, dijo Chou. Apuntó que una encuesta de Consumer Reports encontró que el 39 por ciento de los adultos sin ciertos síntomas cardiacos dijeron que se habían hecho las pruebas en los últimos cinco años.
Chou dijo que los médicos deben encontrar otras formas de medir la condición cardiaca de los pacientes que tengan un riesgo bajo. Pueden hacerlo utilizando una "calculadora" del riesgo cardiovascular, que toma varios factores en cuenta, planteó.
"El porcentaje de pacientes que encajan en la categoría de riesgo bajo varía, según la edad y el sexo", comentó Chou. "Por ejemplo, la mayoría de las mujeres entre los 40 y los 59 años de edad están en la categoría de riesgo bajo. El riesgo aumenta con la edad, y los hombres tienden a tener un riesgo más alto que las mujeres".
Si los pacientes tienen un riesgo bajo de problemas cardiacos, "se pueden enfocar en abordar los factores de riesgo modificables (como fumar, los lípidos, la dieta, el ejercicio, entre otros) en lugar de hacerse una prueba innecesaria", señaló.
Si las personas con un riesgo bajo se hacen las pruebas cardiacas innecesarias, según el estudio, podrían enfrentarse a pruebas innecesarias en el futuro debido a los "falsos positivos", que son resultados que sugieren falsamente un problema, y exponerse sin necesidad a la radiación en las pruebas de esfuerzo nucleares.
Además, esas pruebas no son baratas. Un ECG típicamente cuesta unos 50 dólares, y una prueba de esfuerzo con ejercicio cuesta de 200 a 300 dólares, según Healthcarebluebook.com. Chou anotó que los precios pueden variar en distintas partes del país.
El Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología de la Universidad de California en Los Ángeles, aseguró que las recomendaciones son coherentes con las de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y el Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology). Pero advirtió que están diseñadas para pacientes sin síntomas.
"Los pacientes con síntomas que puedan sugerir la presencia de una enfermedad cardiovascular necesitan una evaluación adicional con una o más de estas pruebas", enfatizó. "Además, este consejo no cubre a los pacientes sin síntomas que tienen un riesgo alto de enfermedad cardiovascular. En esos pacientes, se pueden considerar selectivamente unas pruebas adicionales".
Las recomendaciones aparecen en la edición del 17 de marzo de la revista Annals of Internal Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Roger Chou, M.D., professor and director, Pacific Northwest Evidence-based Practice Center, Oregon Health & Science University, Portland, Ore.; Gregg Fonarow, M.D., professor, cardiology, University of California, Los Angeles; March 17, 2015, Annals of Internal Medicine