La alimentación durante el embarazo y en los primeros años de vida es fundamental para el correcto desarrollo de los niños. Por ese motivo, el COF de Castellón ha organizado una jornada centrada en la alimentación infantil y la posible influencia del farmacéutico sobre ella, con la que profundizar en las pautas actuales de alimentación ya que, tal y como explicó Sebastián, pediatra y representante autonómico del Grupo Español de Reanimación Cardiopulmonar Pediátrica y Neonatal y Secretario del Instituto Valenciano de Pediatría, “la alimentación en los primeros 1000 días de vida es fundamental para la salud futura de los niños”.
Sebastián explicó como desde la concepción hasta los dos años de se produce la programación metabólica, un proceso en el que el entorno y la alimentación juegan un rol fundamental y, por lo tanto, supone una oportunidad para incidir en la salud futura.
“Desde el momento de la concepción, la nutrición de la futura madre tiene un impacto en la salud futura de su hijo: mantener un peso correcto en el embarazo, incrementar la ingesta de ciertas vitaminas y minerales, y la calidad de la dieta de la embarazada son factores clave”. Una vez que el bebé ha nacido, la leche materna es la mejor forma de alimentarlo. Por ello se recomienda la lactancia materna en exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del bebé. Una madre lactante es capaz de producir leche con la cantidad adecuada de proteínas, grasas, carbohidratos y minerales, incluso cuando no está recibiendo la ingesta adecuada de estos nutrientes. Por el contrario, las vitaminas, yodo y omega 3 (DHA) presentes en la leche materna están muy ligados a la dieta de la madre. Por todo ello, es fundamental que las madres lactantes sigan una dieta variada y equilibrada, ajustada a este periodo de necesidades nutricionales específicas.
La introducción de la alimentación complementaria con el permanente consejo de pediatras y farmacéuticos a partir de los 6 meses es el siguiente hito en los 1000 primeros días del bebé. Es importante la introducción de nuevos alimentos, sabores y texturas para desarrollar unos hábitos nutricionales adecuados, además de asegurar la ingesta de nutrientes adecuados en esa fase de importante crecimiento y desarrollo.
Los niños entre 12 y 24 meses siguen teniendo unas necesidades nutricionales específicas que la dieta de los adultos no puede cubrir. La cantidad de nutrientes que necesitan por kilo de peso puede llegar a ser de entre 4 y 7 veces más que las de un adulto, de ahí la importancia de continuar con una dieta adaptada en esta edad.