Hay que modificar los procesos de determinación de precios para reducir el coste de los nuevos tratamientos de la hepatitis C, según un reciente estudio firmado por investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque hay una gran variabilidad en los precios de estos fármacos, todos comparten un inconveniente: son excesivamente elevados para lo que los sistemas sanitarios pueden permitirse. Al menos en lo que se refiere a los precios 'públicos' de los medicamentos.
Según los autores de este análisis de 30 mercados, publicado en PLOS Medicine, sin una reducción de precios es poco probable que se incrementen los presupuestos dedicados a combatir la enfermedad. Por este motivo, administraciones e industria deberían colaborar para poner en marcha un marco de establecimiento de precios que desemboque en umbrales de gasto que no hagan tambalearse los sistemas sanitarios, escriben los investigadores.
Un dilema financiero…y ético
“Pagar la terapia con sofosbuvir y la combinación de ledipasvir y sofosbuvir en los sistemas sanitarios consumiría una proporción sustancial de sus respectivos presupuestos farmacéuticos. El coste potencial total presenta un dilema financiero y ético para pagadores y médicos. Por ello, algunos sistemas han impuesto restricciones al acceso a estos medicamentos, que solo están a disposición de pequeños grupos de pacientes, a pesar de que la práctica totalidad de las personas con hepatitis C crónica pueden beneficiarse de ellos”, indican los investigadores.
En el análisis se compararon de forma sistemática el precio absoluto y ajustado por poder adquisitivo en 30 países para evaluar la capacidad de pago de los sistemas sanitarios y los pacientes. El cálculo se llevó a cabo para doce semanas de tratamiento con sofosbuvir y con la combinación de sofosbuvir y ledipasvir.
En el caso de los sistemas sanitarios, se calculó el impacto del coste en proporción con el gasto farmacéutico total (TPE). En el caso de los pacientes, se estimó cuánto tiempo tendrían que trabajar para pagar el tratamiento de su bolsillo. Para estimar el impacto de una reducción de los precios se aplicó un descuento hipotético del 23%.
Lo más caro, el centro y el este de Europa
El precio medio del tratamiento de doce semanas con sofosbuvir fue de 42.017 dólares (de 37.729 en Japón hasta 64.680 en Estados Unidos). En los países del centro y este de Europa, los precios ajustados por poder adquisitivo (PPP) eran más elevados que en otros países.
El precio de sofosbuvir en Polonia y Turquía (101.063 y 70.331 dólares respectivamente; 118.754 para la combinación de fármacos en Polonia) era 1,09 y 1,63 veces mayor que en Estados Unidos.
Según el precio ajustado por poder adquisitivo y el TPE, excluyendo el coste de rivabirina y otros gastos asociados al tratamiento de la hepatitis C, tratar a toda la población infectada aplicando la reducción de precio del 23%, tendría un impacto mínimo –reduciéndolo- del 10% en el gasto sanitario.
En Polonia, tratar a toda la población infectada costaría 1,6 veces el actual gasto farmacéutico del país. Con todo, tratar sólo al 10% de los pacientes seguiría consumiendo gran parte del presupuesto nacional para medicamentos: 16,2%.
En España, tratar únicamente a ese 10% de pacientes se llevaría el 10% del presupuesto. Son dos de los ejemplos que se presentan como representativos de países con “precios relativamente altos y elevada prevalencia de la enfermedad”.
Un año de sueldo
En una docena de los países incluidos en el estudio, el precio de un curso de terapia con sofosbuvir, excluyendo gastos adicionales, era equivalente a un año o más del sueldo medio.
En esta estimación no se tenían en cuenta el coste de las pruebas de diagnóstico, los tratamientos suplementarios, la reinfección ni la cirrosis, ni se consideraron costes asociados para los sistemas sanitarios.
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Carmen Martínez, portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados: 
Margarita de la Pisa, eurodiputada de Vox.: 
Ion Arocena, director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio): 
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad: