Una de las ‘no-novedades’ más llamativas de la Orden de Precios de Referencia de 2018 es que, de nuevo, mantiene creados los conjuntos que fueron anulados en 2017 por el Tribunal Supremo. Dichos conjuntos se mantuvieron en 2017 tras el revés sufrido por el Ministerio de Sanidad, si bien se produjo un importante retraso en la aprobación de la orden, retraso que se ha heredado este año también.
La presencia de estos conjuntos, entre los que se pueden citar los que incluyen el Factor VIII de la coagulación, ha hecho que, de nuevo en esta ocasión, se reduzcan los precios de los mismos, en concreto en un 5,28% tal como se ha obtenido en un análisis realizado por Diariofarma en el que se compara el precio de referencia de 2017 con el precio de referencia de 2018.
Según este estudio, algunos conjuntos del ámbito hospitalario, tanto de presentaciones ordinarias como de envases clínicos, sufrirán un importante descenso en sus precios faciales. Los más relevantes serían los casos de imatinib, cuyo precio cae un 90,34%; bencilpenicilina, con una caída del 74,19%; eritropoyetina, un 65,01%; doxorrubicina, un 64,52% o mepivacaína, un 60,15%.
Aunque en la mayoría de los casos el sistema de precios de referencia no tiene impacto en los precios de adquisición, que tras los concursos son habitualmente inferiores al Precio de Venta Laboratorio (PVL) y, por tanto al precio de referencia, pero lo que consigue, según fuentes del Ministerio de Sanidad es homogeneizar más los precios de compra a lo largo de toda España, ejerciendo, por tanto “una acción de equidad”, explican.
Cabe señalar que, según los datos del Ministerio de Sanidad, la presente OPR aportará un ahorro de 176,17 millones a las arcas de las comunidades autónomas en el ámbito hospitalario. Una cuantía que supone el 71% del total de impacto para el SNS de la norma.
Además, Sanidad destaca que en esta ocasión es la primera en la que se calculan los impactos de consumo farmacéutico hospitalario, una vez que ya disponen de información de consumo hospitalario.