La Unión de la Farmacia Irlandesa (IPU) ha reclamado financiación en el presupuesto de 2020 ampliar los servicios que prestan las boticas y contribuir, de ese modo, a la reducción la presión asistencial de los médicos de familia.
A este respecto, cabe señalar el compromiso del Gobierno, según ha señalado la propia IPU, para ampliar los servicios de farmacia en dos años. Maher apunta que aunque eso no ha sucedido, son "todavía optimistas" ante la posibilidad de que el Gobierno "vea las oportunidades que existen e implemente cambios". Señala, en este sentido, que "el presupuesto 2020 ofrece una oportunidad para levantar fondos y cumplir con los objetivos del Gobierno".
En esa posible ampliación de la cartera de servicios farmacéuticos se incluiría, explican, un sistema para tratar los síntomas menores, un nuevo servicio para promover la adherencia, otro para la gestión de enfermedades crónicas y uno más para la mejora del acceso a la contracepción para las mujeres.
Investigaciones recientes indican, según IPU, que el 18% de la carga de trabajo de los médicos de familia se invierte en síntomas menores y que el sistema de atención de síntomas menores por parte de la farmacia podría ahorrar hasta 950.000 consultas médicas cada año.
Maher señala, en este punto, que "la oficina de farmacia es el servicio de salud más accesible del sistema irlandés, con cerca de 78 millones de visitas cada año. Las farmacias abren muchas horas y también los fines de semanas y pueden visitarse sin cita previa, razón por la que para muchos servicios las farmacias son los proveedores lógicos de atención, aportando valor añadido tanto a los pacientes como al sistema de salud". Para concluir, ha señalado que, dado que la demanda de salud sigue aumentando, "el Estado no puede confiar en modelos tradicionales de atención y debe reconocer que los farmacéuticos son parte de la solución".