La Federación de Empresarios Farmacéuticos Españoles (FEFE) ha denunciado, en una nueva edición de su 'Observatorio de Medicamentos', el "agravio histórico que sufren los profesionales de la farmacia, frente al resto de los profesionales de la sanidad, al no percibir remuneración alguna por las guardias obligatorias que deben realizar, según establece la Ley 16/1997". Por este motivo, exigen "que se modifique el artículo 6 de la Ley" para equiparar la situación "a los países de la Unión, en donde se paga al farmacéutico por este servicio extra y tan importante para los pacientes".
Dicha Ley, recuerdan, encomienda a las CCAA el establecimiento de disposiciones en materia de horarios, vacaciones y urgencias que aseguren la asistencia sanitaria de manera continuada, y aunque todas han regulado el tema de horarios ordinarios, ampliados, cierres temporales y servicios de guardia y/o urgencia en sus respectivas ordenaciones, "ninguna", se queja FEFE, "contempla la remuneración de las guardias".
Por ello, denuncian esta situación anómala y apoyan el estudio que se está completando, por iniciativa de las patronales canarias, integradas en Fefcan, cuyas conclusiones más inmediatas, dicen, "serán instar a las comunidades autónomas a establecer una remuneración para las guardias y, en su caso una regulación a nivel estatal, modificando el artículo 6 de la Ley 16/97 para que contemple la remuneración de las mismas".
En cuanto al origen de esta situación, se remontan al funcionamiento del Cuerpo de Farmacéuticos Titulares, que mantuvo sus funciones y dependencia municipal hasta que se completaron las transferencias a las Comunidades Autónomas. Éstos, al parecer, recibían una remuneración como funcionarios del grupo A, lo que cubría distintas obligaciones, entre las cuales podrían incluir los servicios de urgencia. "Esta situación cambió abruptamente con las transferencias sanitarias, por las cuales, los farmacéuticos titulares tuvieron que optar entre mantener su condición de funcionarios, integrándose en las Consejerías de Sanidad, o continuar con sus farmacias rurales", indican.
También citan como causa la liberalización de horarios, que ha favorecido a las farmacias de zonas más pobladas, permitiendo la existencia de farmacias con horarios de 12 y 24 horas, pero, dice FEFE, "abandonando a su suerte a las farmacias rurales, donde se producen grandes agravios que afectan a la vida personal y familiar de los farmacéuticos, en una situación laboral precaria, bajo la presión de los ayuntamientos, sin posibilidad de contratar farmacéuticos adjuntos por el bajo nivel económico de sus farmacias".
La patronal opina que, si se respetara el principio de igualdad, y se tiene en cuenta que profesionales sanitarios como médicos, farmacéuticos hospitalarios, enfermeros o técnicos son remunerados por sus guardias, el farmacéutico, "que también es un profesional sanitario, que presta sus servicios en un establecimiento sanitario de interés público, debería tener también derecho a la remuneración de las guardias de la oficina de farmacia por parte de la financiación pública".
Fórmula para el pago de las guardias
Apuntan, además, que el pago de las guardias obligatorias que realizan las farmacias es un tema menor desde el punto de vista presupuestario, ya que calculan que no supondría más de 25 millones de euros anuales. Creen, en este punto, que "podría ser financiado de forma directa con las deducciones y descuentos de los que se benefician las comunidades autónomas, y que suponen más de 450 millones de euros anuales".
Así, proponen dos alternativas principalmente: desde una financiación directa, a modo de subvención por parte de las consejerías de Sanidad, hasta una reducción de los descuentos y deducciones que se practican por los Reales Decretos Leyes promulgados desde el año 2000, "aunque esto último requiere modificaciones legales", recuerdan.
Entre los beneficios que se desprenderían de este reconocimiento, señalan la reducción del 50% de las farmacias VEC; la contratación de farmacéuticos adjuntos para la realización de guardias; la mejora de la situación sociolaboral de muchos farmacéuticos, que, aseguran, ahora es precaria, con guardias obligatorias que duran, en algunos casos, una semana continuada, y la permanencia de servicios en las zonas más despobladas.