La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) han dado su aval a la guía 'Actualización en el manejo de los pacientes con acidez y/o reflujo en atención primaria y farmacia comunitaria', un documento elaborado por Medea con la colaboración de Reckitt Benckiser Healthcare.
El objetivo de la guía, dicen, es "facilitar a los profesionales de Atención Primaria, médicos y farmacéuticos comunitarios una serie de recomendaciones en la práctica profesional y clínica para el manejo de los pacientes con acidez y/o reflujo con el fin de mejorar su calidad de vida".
Para ello, proporciona información sobre las principales causas del reflujo y detalla los principales factores de riesgo, como son tener hernia de hiato o padecer retraso del vaciado gástrico o consumir demasiados fármacos.
Como novedad, la publicación detalla las instrucciones a seguir del algoritmo integral de manejo de la acidez y el reflujo y da información sobre los tratamientos farmacológicos más frecuentes para los síntomas de acidez y/o reflujo en la práctica clínica real, con ejemplos en cada caso.
Asimismo, los promotores del documento tienen como propósito "mejorar la coordinación entre distintos niveles asistenciales mediante el adecuado control del tratamiento, reduciendo así el impacto de estas dolencias en la gestión sanitaria". En este sentido, se detallan una serie de situaciones que requieren de una derivación al médico de familia: pluripatología, vómitos recurrentes, signos de sangrado digestivo, etc.
La guía aboga finalmente por motivar individualmente a cada paciente para la modificación de su estilo de vida y de los hábitos que favorezcan el reflujo y el exceso de acidez gástrica, así como ayudarles a adoptar nuevas costumbres que redunden en estilos de vida saludables, y pone a disposición de los profesionales una serie de recomendaciones higiénico-dietéticas para evitar o reducir la acidez y/o reflujo: evitar las comidas copiosas (en su lugar, se ha de procurar comer de forma menos abundante y más frecuente, con entre 5-6 comidas diarias), o dedicar más tiempo a la comida (al menos, entre 20 y 45 minutos).