Profesión

“La piel y el cerebro están íntimamente conectados”

Farmacéuticos almerienses profundizan en la interrelación entre la salud mental y la de la piel
Un momento de la celebración de la sesión formativa del colegio almeriense.

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería también ha empezado el curso, un año más reforzando las actividades de formación continua que permiten a los profesionales actualizar y aumentar sus conocimientos con el objetivo final de ofrecer, siempre, el mejor servicio posible a los ciudadanos. La última de las sesiones se ha desarrollado esta misma semana, bajo el título ‘Cómo empezar el nuevo curso de la piel a la cabeza’, impartido por la dermatóloga Ana Molina y la psiquiatra Rosa Molina.

“La piel y el cerebro están íntimamente conectados, hasta el punto que lo que ocurre en el cerebro lo sabe nuestra piel y lo que ocurre en esta lo sabe nuestro cerebro. La información fluye de manera bidireccional y ese fluir influye en nuestro estado de equilibrio (homeostasis) y bienestar”, explica la vocal de Dermofarmacia Aplicada al Ámbito Farmacéutico, Mª Dolores Martín Soto.

Rosa y Ana Molina abordaron “aspectos relacionados con nuestro físico, con nuestra piel y con nuestra mente, porque al final son inseparables. En esta sociedad actual nos centramos mucho en el cuerpo estético pero no en la corporalidad, lo que es la vivencia corporal, que nos dice mucha información que a veces no escuchamos y que a veces puede derivar en problemas que se manifiestan de forma externa”, aseguran.

La explicación nace del mismo embrión común. Tal y como detalla Rosa Molina, “el embrión tiene tres capas y una de ellas es el ectodermo. Esa capa solo da lugar al cerebro y la piel y eso indica lo interrelacionados y conectados que están porque viven en la misma capa embrionaria. Todo lo que ocurre en nuestra mente se manifiesta en la piel y también lo que ocurre en nuestra piel impacta en nuestra mente, nos da señales. Es lo que llamaba el famoso divulgador neurólogo, Antonio Damasio, el marcador somático”.

Este origen común refuerza la idea que comparten Ana y Rosa. “Hay que tener en cuenta que el ser humano es uno solo. Existe una híper-especialización que viene fenomenal para conocer y detectar cualquier problema específico de nuestro cuerpo pero todos los profesionales sanitarios tenemos que tener en cuenta que somos inseparables”. Y no tenerlo en cuenta puede traer consecuencias. “Hay pacientes que en muchas ocasiones van al hospital porque le duele la tripa y achacan preocupaciones y a veces se diagnostica como que ‘no le pasa nada y todo es psicológico’, como si no estuviéramos legitimados a sufrir por algo psicológico, como si ese dolor por ello ya no fuera real. Parece que es menos válido o importante y la realidad es que es válido, es importante y tenemos que conocerlo. Si no, acabamos haciendo el ‘doctor shopping’ recorriendo de una especialidad a otra y así nunca llegaremos al psiquiatra o al psicólogo que quizá pueda darnos una información muy valiosa”.

Una vez más, el papel del profesional farmacéutico vuelve a ser fundamental para hacer llegar a la ciudadanía que el ‘mens sana y corpore sano’ va mucho más allá del concepto estético relacionado con el culto al cuerpo. “Los pacientes salen de una consulta y lo primero que hacen es ir al profesional farmacéutico para trasladarse todas las dudas, inseguridades o críticas que no tienen tiempo de hacer en la consulta. Que esta información se les pueda trasladar con tranquilidad y dedicación, las implicaciones que tiene nuestra salud mental con la de nuestro cuerpo es fundamental y su labor es importante y vital”, concluyen.

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