Cuando un paciente trasplantado de pulmón recibe el alta hospitalaria y debe de seguir su tratamiento desde su domicilio comienzan a surgir las dudas sobre el seguimiento de la recuperación, su adaptación a su vida normal y la necesidad de compatibilizar su quehacer diario con el mantenimiento del proceso asistencial que se mantiene.
Para ello desde gran parte de los centros sanitarios que atienden estas intervenciones se establecen programas de seguimiento, con la participación tanto del paciente, como del equipo profesional que le atiende. Un equipo en el que la farmacia hospitalaria tiene un papel destacado y muchas veces coordinador de la acción informativa.
El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla presenta uno de los programas más reglados del país, que recientemente ha quedado entre los finalistas del Foro de Innovación de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y cuyo objetivo es seguir implementando herramientas para hacer que la comunicación con el paciente sea cada vez más fluida y más inmediata.
Según explica la responsable del programa del centro cántabro, Ana Sangrador, la iniciativa surgió en 2016 como una manera de dar respuesta a las necesidades de unos pacientes, unos 50 anuales, que en su gran mayoría (el 92%) proceden de otras comunidades autónomas diferentes a Cantabria.
“El proceso comienza realmente cuando el paciente ingresa en el centro”, explica Sangrador. A partir de ese momento comienza “la conciliación del tratamiento al ingreso, teniendo en cuentas cuestiones como es que es posible que tomara medicamentos en su domicilio que el tiempo que está en la UCI no toma y ello puede provocar efectos secundarios” y otras cuestiones cuyo origen podría desconocerse si no se aplicara esta función de conciliación.
Durante todo el tiempo que el paciente permanece ingresado en el hospital, el servicio de Farmacia Hospitalaria valida todo el tratamiento farmacológico, una función habitual de los servicios de farmacia, pero que en la actualidad también queda englobada dentro del proyecto.
Sangrador explica que “cuando el paciente lleva unas tres semanas trasplantado nos ponemos en contacto con él en su habitación del hospital y le damos dos sesiones de 30 minutos cada una, sobre medicamentos; sobre como tomarlos, como organizarlos, cómo tenerlos en casa, los efectos secundarios, cómo conseguirlos y también sobre hábitos de vida saludable”. Previamente también se le realiza una encuesta con tres sesiones informativas para saber “qué es lo que el paciente sabe hasta ese momento de medicamentos y hábitos de vida saludables”.
Cuando llega el alta “entregamos un libro informativo que hemos hecho para la ocasión el equipo multidisciplinar, donde tiene toda la información que puede necesitar un paciente en los primeros días y meses postrasplante”, explica la farmacéutica.
Desde Farmacia Hospitalaria, “nos coordinamos con los médicos que pasan planta todos los días, como son los neumólogos y otros médicos que pasan consulta de manera continuada, como son endocrinólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas, nutricionistas y también las enfermeras de planta, que son las que están en contacto permanente con los pacientes”.
De acuerdo con todos ellos, al alta, “entregamos al paciente un ‘planning’ con todo los medicamentos que tienen que tomar para que lo tengan más fácil en esas primeras semanas en casa, con todo los horarios, medicamentos, cantidades, etc… Además les entregamos un poco de medicación hasta que la puedan conseguir en su lugar de origen”.
Aunque esta acción también se realiza con trasplantados renales, en el caso del trasplante de pulmón, en el que la mayoría de pacientes son de otras comunidades, se organiza una coordinación de niveles asistenciales. “Nos ponemos en contacto con el servicio de farmacia con el hospital de referencia del paciente y enviamos el plan con el tratamiento e informamos que en el plazo de una semana aproximadamente el paciente va a aparecer para recoger la medicación”.
Así, en el hospital de referencia, “cuando llega el paciente ya lo están esperando y tienen toda la medicación preparada”.
De cara al futuro, Sangrador explica que “ahora mismo estamos terminado de poner en marcha un proyecto, que será a nivel nacional, que nos permitirá comunicarnos también con la oficina de farmacia del paciente”, ya que esta “es el lugar donde va a recoger los medicamentos durante toda su vida y queremos que participen también en el sistema”.
Paralelamente a la marcha del paciente, desde Valdecilla el servicio de Farmacia “seguimos realizando continuidad asistencial”. Sangrador explica que “a las tres semanas del alta le llamamos por teléfono para ver qué tal ha ido todo, las dificultades ha tenido, si algún medicamento no le ha ido bien, o si ha tenido alguna dificultad en obtener los medicamentos”.
Igualmente “volvemos a hacerles la encuesta que les hicimos antes de darles las sesiones informativas para evaluar los conocimientos que han adquirido”. “La valoración es muy buena”, asegura la farmacéutica, quien indica también que sobre este tema “el año que viene haremos una publicación para darlo a conocer”.
También se plantea el desarrollo de la telefarmacia desde el propio hospital y la implementación de la consulta externa que ya existe en el hospital para trasplantados de pulmón. “Esta consulta recibe a los pacientes que los neumólogos piensan que necesitan más ayuda con la medicación”, explica Sangrador. En ella “repasamos con los pacientes la medicación, las dificultades que pueden surgir con la adherencia, con la toma de medicamentos y otras cuestiones que puedan surgir y les ayudamos a mejorar en ese sentido”.
Instalar la salud digital a través de un programa informático es otro de los objetivos que plantea el programa de seguimiento. Según explica Sangrador, se trata de un sistema de comunicación entre los profesionales y el paciente. “A través de una aplicación el médico escribe la evolución, el farmacéutico escribe los resultados que tiene en las reuniones que mantiene, igual que la enfermera; el paciente por su parte, podría hacerse autocontroles en su domicilio y determinadas pruebas que le propongan, y además las podría mandar a través de la aplicación”.
Todo ello persigue un objetivo, que no es otro que “acabar con las dudas de los pacientes” en un proceso de participación entre profesionales sanitarios, cuyo único objetivo es conseguir la mejor evolución del paciente. “Los pacientes han ganado mucho”, asegura Sangrador.