El paisaje que ha acompañado a Paula Gómez en el hospital español instalado en Iskenderderun (Turquía) en los últimos 15 días es muy diferente al que le suele acompañar en el servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Miguel Servet, de Zaragoza, donde realiza su labor profesional. A lo largo de las últimas dos semanas, Paula Gómez ha participado en las labores humanitarias que el equipo sanitario español está realizando en una de las zonas más castigadas por los terremotos que han sacudido Turquía al sur del país, y este miércoles ha querido explicar su experiencia en una charla para compañeros organizada por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).
“Lo que diseñas sobre el papel antes de llegar lo tienes que adaptar; aquí hay que actuar sobre la marcha”, asegura la farmacéutica, quien resume su estancia con una mezcla de satisfacción por haber ayudado a una población que le necesitaba, con una cierta de sensación de temor, en una zona donde los temblores de tierra se han venido sucediendo.
Paula Gómez está integrada dentro del hospital español que la Agencia Española para la Cooperación Internacional ha destacado en la zona. Se trata de un centro IMT catalogado por la OMS de nivel 2, en el que trabajan 64 personas, de las cuales 51 son profesionales sanitarios. La farmacéutica del Miguel Servet es la única profesional de la especialidad. De hecho esta ha sido la primera de las tres convocatorias que ha lanzado Cooperación Internacional para incluir una farmacéutica de hospital en las labores de atención.
Como ella misma explica, “aquí el trabajo es muy colaborativo e interdisciplinar con todo el equipo médico”. Las labores de farmacia se centran en un primer momento en gestionar los medicamentos. En una situación de alta demanda y de recursos muy medidos, se hace necesaria la colaboración con todos. A medida que la medicación que les ha acompañado desde España se empieza a agotarse y no acaban de llegar los demás es preciso colaborar con centros médicos del lugar, “varios hospitales nos han aportado medicamentos”, indica, e incluso con iniciativas particulares, como es el caso de dos farmacéuticos turcos que han realizado una formula magistral para el tratamiento de la sarna; una afección “sobre la que tenemos muchos casos”.
Junto a la organización logística, entre las labores de Paula, está controlar ese flujo de medicamentos y seguir avanzando en otras tareas de control de fármacos y sobre todo garantizar “ese plus de seguridad que aporta el farmacéutico” a todo el equipo sanitario.
El hospital de Iskenderun es un conjunto de estructuras prefabricadas, en el cual se ofrece atención de ingreso hospitalario a 20 personas, cuenta además con servicio de urgencias, un quirófano, paritorio y consultas, además del servicio de farmacia que atiende Paula Gómez de nueve de la mañana a nueve de la noche. Eso en horario normal, los profesionales duermen con un cartel con su cualificación profesional escrita junto a la cama, por si es necesario despertarlos en plena noche.
Las afecciones que se atienden han cambiado a medida que la situación se ha ido estabilizando, explica Paula Gómez. De los casos de intervenciones urgentes y de traumatología, se ha pasado a atender un gran número de dolencias musculoesqueléticas, “hay que entender que estas personas viven donde pueden”, explica Gómez, así como otras afecciones, incluida la sarna provocada por las malas condiciones higiénicas y que junto a las enfermedades respiratorias, provocadas por el frío nocturno, forman parte del día a día del centro sanitario y de la vida de la población afectada. No obstante Paula Gómez aporta también la nota positiva. En su rotación de quince días en el hospital han venido al mundo siete bebés, de los cuales “más de uno va a tener nombre español”.
Paula pasará ya este fin de semana en España, pero anima a otros farmacéuticos a que den el paso y se conviertan en una parte de los equipos asistenciales de estos centros de emergencia. Ella explica que se apuntó a la tercera convocatoria lanzada desde la Agencia de Cooperación y que los requisitos para hacerlo es estar en disposición del título y la especialidad, conocimientos de idiomas, además de hacer una formación específica sobre el montaje y estructura del hospital, sin la cual no se puede acudir a una emergencia sanitaria.
A tenor de los comentarios y las preguntas que otros compañeros realizaron durante la intervención organizada por la SEFH, las iniciativas no van a ser pocas.