“La revisión de la medicación es una prioridad y una competencia específica del farmacéutico de referencia, quien como parte de un enfoque multidisciplinario y en colaboración con el médico, tienen una visión más completa y pueden actuar de una manera eficaz, en beneficio del paciente”, así explica Koen Straetmans de la Asociación Farmacéutica de Bélgica (APB) la medida que recientemente ha puesto en marcha Bélgica para utilizar las farmacias como puntos de revisión de la medicación que toman los pacientes crónicos.
Según explican desde la asociación belga, los farmacéuticos pueden ofrecer a los pacientes polimedicados una revisión de la medicación encaminada a optimizar su tratamiento. Esta revisión está dirigida a pacientes que toman al menos 5 medicamentos (reembolsados) de forma crónica. El objetivo, aseguran “es detectar más fácilmente posibles efectos adversos, mal uso o incluso un cierto consumo excesivo de medicamentos”.
Según cálculos de la APB cerca de 300.000 pacientes toman al menos 5 fármacos de forma crónica. Por lo tanto, “es importante hacer un balance regularmente con su médico o farmacéutico”, indican.
Para poner en marcha esta iniciativa, desde el INAMI (organismo asegurador belga) y el Ministro Federal de Salud, Frank Vandenbroucke, han acordado un presupuesto de 2,9 millones de euros para permitir el despliegue de este nuevo servicio.
Según el acuerdo, el farmacéutico tendrá que comprobar que la medicación del paciente es siempre óptima, bien utilizada y adaptada a sus necesidades; los cambios en el tratamiento son necesarios para evitar, por ejemplo, los riesgos de interacciones entre diferentes fármacos; la toma de ciertos medicamentos puede reducirse o incluso eliminarse después de un cierto período de tiempo y además deberá informar al médico sobre las intervenciones propuestas sobre el paciente.