Terapéutica

Las variables basadas en la percepción del paciente buscan el salto a la clínica

Un encuentro organizado por IQVIA pone voz a los expertos que buscan trasladar los resultados percibidos por pacientes a la práctica clínica.

Murray Aitken, responsable de la división de Ciencia de Datos Humanos de IQVIA, ha sido el anfitrión de un encuentro en el cual John A. Spartus (director de Formación e Investigación en Resultados del Hospital Saint Luke de Kansas City, EEUU), Jayne Spink (directora de Investigación Traslacional de la asociación Prostate Cancer Research), Maarten Voorhaar (jefe de Evaluación de Resultados Clínicos en Boehringer Ingelheim) y Mathew Reaney (director de Soluciones Centradas en el Paciente de IQVIA), entre otros expertos, han compartido su visión sobre el estado actual y los próximos pasos en el aprovechamiento de la información que aporta la visión de los pacientes a la hora de evaluar intervenciones sanitarias, entre las cuales se incluían tanto nuevas terapias como dispositivos y otras actividades asistenciales.

Spertus, que ha colaborado en la elaboración de diversos instrumentos de evaluación, incluyendo el cuestionario de Seattle para la angina y el cuestionario KCCQ para cardiomiopatía, considera que es crucial, desde que se empieza a diseñar una estrategia evaluadora, incluir una dimensión que vaya más allá de la calidad de vida y apoyar las decisiones terapéuticas en la consulta. En el caso del equipo de investigación que él dirigió en el estudio ISCHEMIA, publicado en la revista The New England Journal of Medicine, se elaboró un instrumento para apoyar la adopción de decisiones con el paciente. Incluyendo sus variables demográficas y clínicas el documento presenta en un único folio las previsiones de resultados en salud en un año, el impacto en la supervivencia a cuatro años y otras consideraciones para apoyar la decisión.

En su opinión, las compañías que desarrollan nuevas terapias deberían tener presentes este tipo de herramientas para llevar a la práctica clínica las evaluaciones que normalmente se quedan en los ensayos. Prever ese salto ayudaría enormemente a mejorar la atención a los pacientes y los resultados con un alcance mucho mayor en el tiempo, ha razonado.

Por otro lado, está convencido de que el uso de dispositivos ‘wearables’ para recopilar datos para ensayos clínicos hará que los ensayos puedan llevarse a cabo cada vez con mayor agilidad y a menor coste, “aunque aún tienen sus limitaciones”, y sobre todo “con el beneficio para los pacientes, que no tienen que trasladarse al hospital”.

En su experiencia con un trabajo de este tipo, a pesar de las limitaciones y los retos “al menos tenemos la posibilidad de un verdadero cambio de paradigma, y de un nuevo modelo de ensayo centrado en el paciente”.

Murray Aitken se ha referido a esa búsqueda de aprovechar la evidencia más allá de los ensayos como “la última milla que parece que cuesta cubrir”.

Jayne Spink ha declarado en este foro que la aceptación de estas variables por parte de las agencias reguladoras a la hora de evaluar nuevas terapias ha sido un camino muy largo, que no se ha completado. 

Para superar esos retos, entre otros, Maarten Voorhaar ha propuesto seguir siempre las pautas que marca la ciencia. A su modo de ver, la ciencia para el desarrollo de estudios sobre percepciones de los pacientes y para el desarrollo y análisis de este tipo de análisis es sólida. “El desarrollo de productos debe seguir el paso que marca la ciencia, es lo que debe ir por delante”, ha razonado.

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