La ministra de Sanidad, Mónica García ha incidido en la necesidad de que los intereses económicos y generales estén “alineados” para conseguir un “win-win imparable” porque “el derecho a proteger la salud es el que genera el mercado y no al revés”. García ha realizado estas manifestaciones durante su participación en la la Mesa ‘La investigación sanitaria como motor de crecimiento económico en España’, dentro de la XV edición del foro económico Spain Investors Day. En la jornada se ha puesto de relieve que la colaboración público-privada se presenta como una herramienta clave para potenciar la innovación, atraer inversiones y generar empleo cualificado, posicionando al país como un referente en biomedicina y biotecnología.
García ha indicado que “no estamos enfrentando diferentes intereses; al contrario, estamos alineándolos para tener una mejor calidad de vida y los mejores tratamientos”, ha señalado. Así, las mejoras en la innovación, la eficiencia económica de las empresas que invierten y el acceso de los pacientes a los medicamentos deben conjugarse para llegar entre todos los actores del sistema a “fines comunes” con la salud en el centro.
En este contexto, la ministra ha remarcado que el que España sea una potencia en ensayos clínicos “no es una casualidad” y es resultado de “un sistema muy fértil” que tiene detrás a su sistema nacional de salud, que ha calificado de “muy robusto” y con profesionales “muy cualificados”. En este sentido, ha recordado que 300.000 pacientes han tenido acceso a ensayos clínicos en 2023 con una fuerte inversión en fármacos.
Por su parte, Jesús Ponce, presidente del Grupo Novartis España, ha destacado que “tenemos el propósito de reimaginar la medicina por el bien de todos y maximizar el ecosistema de ensayos clínicos que tenemos en España: el último informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios resalta que en el 2024 se han llevado a cabo 930 de ensayos clínicos, un tercio en oncología, 22% en enfermedades raras y 52 en terapias avanzadas”. Y ha añadido que “en España hemos llegado a un status quo que no podemos perder y que tenemos la responsabilidad añadida de influir en Europa”. “Tenemos que trabajar con las diferentes industrias: tecnológicas, digitales y farmacéuticas y hay que crear alianzas con las empresas de datos para generar tracción de talento”, ha concluido.
Raquel Yotti, comisionada del PERTE para la salud de Vanguardia, ha subrayado que la industria farmacéutica se encuentra en un contexto internacional de enorme competencia, pese a lo cual, “España sigue siendo el mejor país del mundo para invertir en innovación en salud”. Yotti ha destacado que el país cuenta con “infraestructuras científicas muy bien cohesionadas, talento y un marco regulatorio ágil y flexible”, y con la característica de que los pacientes colaboran en los ensayos clínicos, ha añadido. Con todo, ha apostado por seguir mejorando las capacidades de las unidades de investigación clínica, incrementar el número de pacientes que participen en los estudios, incorporar más herramientas telemáticas y redoblar los esfuerzos para profesionalizar más al personal sanitario.
Por su parte, Eloísa del Pino, presidenta del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha recalcado que “hacemos investigación en vida; el año pasado llevamos a cabo 2.200 ensayos y pusimos en marcha un plan de biomedicina con el foco en el impacto social, así como 250 patentes en los últimos cinco años y creamos alrededor de doce startups en este ámbito, en el que se desarrollan el 30% de nuestras tecnologías. También estamos haciendo un importante esfuerzo en formación porque, aunque España está en el mejor momento de su historia en tecnología, es necesario invertir en talento”.
La Mesa Redonda fue coordinada por Iñaki Moreno, socio de Deloitte, quién subrayó que “el sistema sanitario se enfrenta a importantes retos para mantener su nivel de excelencia: fundamentalmente el incremento de la demanda de servicios ligado al envejecimiento de la población y al incremento de la cronificación. Para dar respuesta a estos retos, el sistema deberá transformarse hacia un modelo basado en valor, que mida los resultados en salud que genera para los ciudadanos, que mejore la experiencia del paciente, que avance hacia la prevención y el bienestar y que implemente la medicina personalizada y de precisión. En definitiva, que continúe poniendo al paciente en el centro”.