La inmunóloga y experta internacional en vacunas, Carmen Álvarez, se muestra optimista sobre el fin de la pandemia gracias a la vacunación, aunque pronostica que las vacunas actuales deberán adaptarse a las nuevas variantes y que será preciso alcanzar un 80-85% de la población vacunada para alcanzar la inmunidad de grupo, algo que según sus valoraciones no llegará hasta el otoño-invierno.
Álvarez, que actualmente está trabajando en una vacuna peptídica contra el coronavirus incide en la importancia de aumentar el diagnóstico inmunológico, para “aprender de lo vivido” y estar preparados para el futuro.
La colaboradora del Instituto de Salud Valdecilla y del hospital del mismo nombre considera que el aumento exponencial de casos en los últimos días no va a influir en el final de la pandemia, si bien plantea dos matizaciones. Por un lado asegura que “las vacunas deberán reajustarse para poder adaptarse a las nuevas variantes del Covid-19; y por otro, la necesidad de alcanzar la inmunidad de grupo.
“Necesitamos vacunar entre el 80 y el 85% de la población para alcanzar la inmunidad de grupo, y aunque la vacunación ha cogido velocidad, ello no llegará hasta bien entrado el otoño-invierno”, asegura.
Carmen Álvarez asegura que “no quiere ser alarmista, pero este patógeno ha demostrado capacidad de esparcirse rápido y por desgracia, las vacunas no están llegando a todos los lugares del mundo, especialmente África, Latinoamérica y zonas de Asia”. “Debemos ayudar a que ellos también alcancen la inmunidad de grupo porque si no, la nuevas no va a servir para nada en este mundo globalizado”.
Igualmente recuerda que “las vacunas actuales no protege frente a la infección, no están diseñadas para bloquear al virus, sino para evitar las formas graves de la enfermedad y en eso son muy buenas”. Esta es la razón por la que a su juicio, es importante vacuna rápido, “para evitar que pueda haber cepas dominantes quizá con más transmisión y que escapen a las vacunas”.
De esta manera, el diagnóstico de la inmunidad de la población, tanto de vacunados como de infectados es fundamental, ya que “aportaría información clave sobre cómo se comporta la enfermedad y sobre la longevidad de la inmunidad”.
“Necesitamos hacer un buen diagnóstico de las personas infectadas y de las vacunadas y hacerles un seguimiento inmunológico tanto en cuestión de anticuerpos, como en cuestión celular”, asegura.
En ese sentido Álvarez indica que “las pruebas de diagnóstico y en concreto las de anticuerpos neutralizantes juegan un papel fundamental porque van a reflejar si realmente la respuesta inmunológica es adecuada; es decir nos va a dar muy buena idea de hasta qué punto la inmunidad nos está funcionando para controlar al virus”.
Vacunas de futuro
Según explica esta inmunóloga, una vacuna de virus atenuado “es más difícil que pueda ajustarse a las nuevas variantes, pero ofrecen la ventaja de que pueden dar una ampliación de la respuesta inmune a más proteínas distintas que forman parte del virus”.
Álvarez es optimista con respecto a las vacunas que actualmente se están desarrollando en España. “Pongo en bandera a nuestro país porque es muy fuerte en ellas”. Según indica, las vacunas basadas en la tecnología de virus recombinantes atenuados que está usando el CSIC y que están ya en las primeras fases de ensayos clínicos, “sí podrán detener la infección”.
Carmen Álvarez y su equipo están trabajando en una vacuna peptídica “sintética y segura para buscar el factor de virulencia más importante, que en los virus suele ser el punto de entrada”. Es por ello que su trabajo se basa en los anticuerpos y las regiones que reconocen la mayoría de ellos y además, en las regiones reconocidas por células que suelen ser péptidos muy pequeños que, por un lado activan los linfocitos T citotóxicos y que por otro condicionan y modula a la célula B para la producción de anticuerpos.