En los últimos días han surgido informaciones sobre varias iniciativas estatales encaminadas al desarrollo de una vacuna que sirva para prevenir el contagio del coronavirus Covid-19. Y es que, como señaló el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, a finales de enero, es preciso que se pongan todos los esfuerzos posibles en esta carrera, ya sean públicos o privados. Esa carrera, que más que una carrera es una contrarreloj, estaría liderada, por la parte de los estados, por China y Estados Unidos, que anunciaban esta misma semana la puesta en marcha de ensayos clínicos en este ámbito. La fecha de culminación de los proyectos y la puesta en el marcado de las mismas es todavía una incógnita.
En lo que respecta al proyecto norteamericano, hay que hacer referencia a la información del National Institutes of Health del pasado día 16 de marzo sobre el lanzamiento de un ensayo clínico de fase I para evaluar una vacuna experimental diseñada para proteger frente al Covid19 en el Kaiser Permanente Washington Health Research Institute, ubicado en la ciudad de Seattle (Whasington).
Este centro cuenta con financiación del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID, que forma parte del NIH, para este proyecto. En él participarán 45 voluntarios sanos, de entre 18 y 55 años, en un ensayo abierto que durará unas seis semanas. De hecho, al primer participante se le administraba la vacuna el mismo día en el que se anunciaba la noticia.
Desde el NIH explicaron además que, entre los objetivos del estudio, estaba el evaluar diferentes dosis, para poder comprobar su seguridad y su capacidad para inducir una respuesta inmune adecuada. Éste sería el primer paso del proceso para demostrar el beneficios de la vacuna. "Encontrar una vacuna segura y efectiva para prevenir la infección por SARS-CoV-2 es una prioridad en términos de Salud Pública", subrayó el director del NIAID, Anthony S. Fauci, que consideró que el lanzamiento de este ensayo "en tiempo récord" es un paso "muy importante".
En cuanto al proyecto chino, fue el mismo Ministerio de Defensa el que anunció la aprobación de un ensayo clínico con una vacuna creada por expertos de la Academia Militar de Ciencias Médicas, concretamente, por un equipo liderado por el general Chen Wei, que habría estado trabajando en el proyecto desde la irrupción del brote en la ciudad de Wuhan.
Según la información ofrecida, las autoridades del país habrían dado el visto bueno para comenzar ensayos clínicos de eficacia, seguridad y calidad. Además, el general Chen habría indicado que ya se habría completado "el proceso de preparación para una producción masiva".
La característica de la vacuna china, explican, es que solo contiene un fragmento del patógeno, para producir con él una respuesta inmunlógica que proteja al organismo humano. "Esta modalidad es considerada más segura y estable que las que emplean versiones del virus con virulencia atenuada, pero igualmente podrían no suscitar una respuesta tan fuerte como la de aquellas", reconoce la autoridad china.
Del pelotón parecen querer emerger otros países como España. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba esta semana una dotación de 30 millones de euros para la investigación de una vacuna frente al coronavirus por parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto de Salud Carlos III (ISC-III).
Proyectos de iniciativa privada
Junto a los proyectos nacionales previamente mencionados, hay otros que han ido emergiendo en el seno de las compañías del sector farmacéutico, como informaba recientemente Farmaindustria, citando a su vez a la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (IFPMA). En este grupo incluían a compañías como Janssen o Sanofi Pasteur, que estarían trabajando, precisamente, en colaboración con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) para acelerar el desarrollo de una posible vacuna. O GSK, que estaría avanzando en tres vías de investigación, una de ellas, precisamente, junto al Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), una alianza que aglutina organizaciones públicas, privadas y filantrópicas; otra, en asociación con la compañía china de biotecnología Clover Biopharmaceuticals, y una última poniendo su tecnología a disposición de la Universidad de Queensland, en Australia, para un posible desarrollo. Con esta universidad también estaría trabajando la farmacéutica australiana CSL Limited para el desarrollo de una posible vacuna.
Farmaindustria hacía referencia en dicha información a reunión celebrada el pasado día 2 de marzo, y en la el presidente de EEUU, Donald Trump, junto a su vicepresidente, Mike Pence, recibieron en la Casa Blanca a representantes de GSK, Gilead, Regeneron Pharmaceuticals, Moderna, Pfizer, Johnson & Johnson y Sanofi, con el fin de recabar apoyos frente al reto de dar con un proyecto exitoso.
El proyecto de CureVac y el supuesto intento de Trump
Aunque no fue citada por Farmaindustria, a esa reunión parece que asistieron también representantes de la alemana CureVac, que a finales de enero anunció resultados positivos en un análisis preliminar de seguridad e inmunogenicidad en su estudio de fase 1 CV7202, con una nueva vacuna profiláctica basada en ARNm, la cual, consideran, podría ser efectiva frente al coronavirus.
La compañía hizo públicas las conclusiones tras la reunión con Trump y Pence, el mismo día 2. En esa misma nota, confirmaron trabajos con el German Paul Ehrlich Institute (PEI) acelerar en el desarrollo de su programa de investigación, habiendo ya iniciado las discusiones "con otras autoridades europeas". Confiaban, en este sentido, en que el éxito en estos primeros pasos podría permitir el comienzo de ensayos clínicos "a comienzos de este verano", para lo cual ya habían identificado a un par de centros, que estarían preparándose para recibir los ensayos.
Pese a ese anuncio, han circulado sospechas sobre un intento de la Administración estadounidense por hacerse con la producción de esta vacuna, a lo que las autoridades europeas habrían respondido con una contraoferta. Así se recoge en el portal de noticias Science Business. La compañía ha querido acallar los rumores y, en un comunicado publicado el pasado día 15 de marzo, desmentía que haya recibido ninguna oferta de adquisición, y anunciaba su intención de que su vacuna, si finalmente es desarrollada con éxito, pueda contribuir a salvar vidas en todo el mundo.